El rehén

Podría haber sido una gran película pero resulta irregular. Tiene aciertos llamativos junto a errores impropios de un guionista veterano

El rehén: Interesante pero discontinua

Gilroy se equivoca en El rehén al meter en la batidora un montón de hechos que podrían resultar reales ficcionándolos con una inconsistencia y discontinuidad dramáticas llamativas.

Empieza estupendamente esta película escrita por Tony Gilroy (Michael Clayton, Prueba de vida, saga Bourne, Rogue One: Star Wars).

Un diplomático norteamericano en Beirut vive en su propia familia el drama de un país que se va al garete. El nombre de esa próspera y cosmopolita ciudad en los primeros años 70 da título (en el original) a una historia con un planteamiento excelente, un nudo fastidiosamente irregular y un desenlace aceptable.


Lo que se cuenta es interesantísimo, pero Gilroy se equivoca al meter en la batidora un montón de hechos que podrían resultar reales ficcionándolos con una inconsistencia y discontinuidad dramáticas llamativas. Basta como muestra el personaje con que carga Rosamund Pike, una actriz excelente, que parece estar preguntándose en cada plano que demonios hace en esa película con un personaje que parece recién sacado de un envase al vacío. Jon Hamm está muy bien. Pero cuando se arrima a una botella y se deja barba de dos días se convierte en un cliché.

Dirige Brad Anderson, que ha trabajado mucho en series y no logra darle a la historia el vuelo que debiera: salvo en los 15 primeros minutos, sobrevuela la sensación de que la película podría haber sido excelente.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Björn Charpentier
  • Montaje: Andrew Hafitz
  • Música: John Debney
  • Duración: 109 min.
  • Público adecuado: +16 años
  • Distribuidora: DeAPlaneta
  • EE.UU. (Beirut), 2017
  • Estreno: 10.8.2018
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