El reino de los cielos: Populachero Scott

A la vista del éxito cosechado por Gla­diator, el director ingles de 67 años Ridley Scott (aunque parezca increíble dirigió Alien y Blade runner) insiste en la misma línea. Esta vez le ha tocado a las Cru­zadas. Con un guión del primerizo Wi­­lliam Mo­nahan, cuenta una aburrida y grandilocuente historia sobre los prolegómenos de la tercera Cruzada (1186), en la que se per­ciben los efectos que produce la aplicación de cierta mentalidad contemporánea a hechos y con­ductas del pasado. En El reino de los cielos, la puesta en escena es ciertamente espectacular, como son espectaculares los 140 millones de dólares que ha costado esta película, parcialmente rodada en España, con especial protagonismo del castillo de Loarre. El actor protagonista, Orlando Bloom (Piratas del Ca­ri­be) manifiesta notables carencias interpretativas, que se intentan compensar con la presencia de actores veteranos y más solventes como Nee­son e Irons.

Dicen que las mentiras a medias son peores que las mentiras 100%. Balduino IV, el rey leproso de Jerusalén, y su hermana Si­bi­la, Guy de Lusignán, el patriarca Heráclito, incluso Balián de Ibelín (el protagonista de la película) son personajes históricos.

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El reino de los cielos, de Ridley Scott
El reino de los cielos, de Ridley Scott

Lo que calla -lo que reinterpreta al servicio de una visión bastante beligerante- esta película es que la tal Sibila era una cabeza loca de enorme ambición, que Balián de Ibelín era uno de los principales barones palestinos casado en segundas nupcias con María Com­neno, antigua reina de Jerusalén, viuda de Amaury I. Tampoco se muestra a Bal­dui­no IV como un hombre religioso y lo fue: su jus­ticia, su ecuanimidad, su lealtad en el trato con Saladino, su prestigio en fin, eran parte de la fisonomía del modelo de caballero cristiano. Son algunas conclusiones de uno de los mejores historiadores de Oriente, René Grousset, de la Academia Francesa, autor de la monumental Historie des croisades et du Royaume franc de Jérusalem, sólo 2.500 paginillas y decenas de años de investigar las fuentes cristianas y musulmanas.

Una cosa es que hubiera indeseables y acciones execrables en la historia del reino fran­­co de Jerusalén, y otra este retrato sin ras­tro de matices, donde todo es negro y siniestro, con burdo sectarismo anticristiano y un beatífico retrato de Saladino y de sus hues­tes, que parecen extraídos de la literatura basura sobre la Edad Media que tanto pro­lifera.

Una vez más el cine interpela, anima a des­­cubrir una verdad que no es tan simple co­mo una película. Esto último es perfectamente comprensible. No sería justo pedir a una película el rigor de un libro serio de historia.

Sir Ridley Scott ha declarado que ya era hora de sacar a la gente de una visión idealizada de las Cruzadas. La segunda parte de su mensaje es verdaderamente llamativa: es posible una convivencia pacífica que será fruto de la renuncia a la religiosidad radical. No es difícil imaginar qué es para este cineasta eso de la religiosidad radical.

Ficha Técnica

  • País: Reino Unido/España/ EE.UU./Alemania (Kingdom of Heaven, 2005)
  • Fotografía: John Mathieson
  • Montaje: Dody Dorn
  • Música: H. Gregson-Williams
  • Distribuidora: Fox
  • Estreno en España: 06.05.2005
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Reseña
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Profesor universitario de Narrativa Audiovisual, Historia del Cine y Apreciar la belleza. Escritor