El sexto sentido: De entre los muertos

El cine de terror ha vuelto a sus comienzos. El público está ya agotado de tanta hemoglobina y vísceras varias, de tantos Freddy Kruger o Viernes Trece. En su búsqueda de nuevos terrores que sacudan el patio de butacas ha vuelto al terror primitivo, al miedo a la oscuridad, miedo al monstruo que vive debajo de la cama. Ese es el principal terror del joven protagonista de El sexto sentido, Cole Sear, un niño que posee el poco deseable don de ver a los muertos. Un psicólogo infantil, Mal­colm Crowe, interpretado por Bruce Willis, tratará de ayudarle.

El director es un desconocido, M. Night Shyamalan, que además es el autor del guión. La historia es asombrosa en su construcción, a pesar de algún fallo de ritmo. Pero resulta tan inteligente que muchos espectadores sentirán deseos de volver a ver esta extraña película de vivos y muertos.

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El sexto sentido
El sexto sentido

La atmósfera de la cinta no es tétrica, no la inundan densas nieblas, ni decorados góticos, pero las simples conversaciones entre el niño y el psicólogo logran más escalofríos en la sala que echarse una siesta con Freddy. Sin embargo, uno tiene la sensación de que el director no ha querido aprovechar todo su estremecedor material. Como si no quisiera asustar demasiado, como si quisiera decir al espectador “sí, de acuerdo, es una situación terrorífica, pero los personajes que la sufren son personas”. Ahí es donde enriquecen los actores sus respectivos papeles, dando humanidad a una historia que podría ser de simples sustos para convertirla en una historia de soledades.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Tak Fujimoto
  • Montaje: Andrew Mondshein
  • Música: James Newton Howard
  • País: EE.UU.
  • Año: 1999
  • Duración: 107 minutos

 

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Reseña
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Escritor de relatos de terror y misterio, y guionista de cine y televisión. Admirador de Ford, Kurosawa, Spielberg y Hitchcock, no necesariamente en este orden