El traje: Por un puñados de euros

El traje, que presenta Tesela (la productora de José Antonio Félez, bien conocida por El bola, de Achero Mañas), es una historia sevillana sobre la emigración, que refleja las andanzas de unos personajes lesionados por las circunstancias vitales de muchos africanos que viven en nuestro país.

El director Alberto Rodríguez, que escribe el guión con Santi Amodeo, ha reunido un puñado de situaciones preñadas de filosofía que invitan a la reflexión. Dos premiados cortos codirigidos con Amodeo, fueron el preludio para El factor Pilgrim (ver crítica aquí www.filasiete.com), una opera prima que obtuvo reconocimiento del público y la crítica en la Zabaltegi de San Sebastián y en varios festivales españoles, a los que se sumaron varios premios de ASECAN.

Muchos son los temas que laten con fuerza en la cinta, que acertadamente recuerda que «un traje es un traje, no una nueva vida». Temas como la subsistencia según el remoto arte de buscarse la vida (sin escrúpulos hacia la forma en que se haga), el papel que juega el dinero (Pan con queso -un sólido Manuel Morón– sentencia: «El dinero es dinero, no es de nadie»), el engaño y, por encima de todo, la amistad, la verdadera amistad, aquella en la que se da todo a cambio de nada.

Todo empieza cuando el azar le regala a Patricio, emigrante africano, un elegante traje que, como motor de la historia, hará que su vida dé un gran giro. El traje le llevará a conocer a un timador con el que compartirá variopintas aventuras, que harán al espectador esbozar más de una sonrisa. El tono siempre agridulce de la película responde a su ubicación dentro del cine social, donde se entremezclan la amargura del drama realista con la picaresca de la comicidad social, todo ello bien dosificado.

La presencia metafórica del traje nos conduce por un mundo dominado por las apariencias, falsas apariencias de las que buena parte de nuestras sociedades occidentales bebe para enjuiciar a todo ser viviente. Y es que, como afirma Alberto Rodríguez, «la visión occidental de la raza negra no alcanza a ver más allá del hombre negro como símbolo de la modernidad o de la pobreza máxima». En este sentido, la película aporta algo más que la descripción de los golpes emocionales que conlleva la marginalidad. En estos tiempos que corren, donde las personas se olvidan de ser personas, los prejuicios se erigen como estandarte de una sociedad podrida por el clasismo, y lo importante se instala en el «deber ser» y no el «ser». Se agradece, en tema tan doloroso, el talante positivo de El traje, que debe mucho a un excelente reparto.

Noa Marcos


El traje (2002):

País: España Dirección: Alberto Rodríguez Guión: Alberto Rodríguez, Santi Amodeo Fotografía: Alex Catalán Montaje: José Manuel G. Moyano Intérpretes: Eugenio J. Roca, Manuel Morón, Vanesa Cabeza

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