El tren de las 3:10: Un western de los de antes

El tren de las 3:10 | Exactamente un año después de su estreno en Estados Unidos, ha tenido que ser una distribuidora española de reciente creación, Wide Pictures, la que se haya decidido a adquirir los derechos y estrenar esta película en las pantallas españolas. Si la cinta no mereciese la pena (que lo merece y mucho) tanto retraso aún parece­ría extraño cuando se observa que en cabeza de cartel se cuenta con Russell Crowe y Christian Bale. La única explicación que queda, pues, es que el western sigue provocando urticaria y que hay menos miedo a invertir en la distribución de producciones iraníes y coreanas que en cualquier cosa que tenga que ver con el género que hizo grande John Ford.

El propio Ford sería el primero en dar el visto bueno a este filme que se ajusta al mi­límetro a los cánones clásicos, empezando por la historia, adaptación de un cuento corto de Elmore Leonard que ya versionó para el cine Delmer Daves en 1957. El protagonista es Dan Evans (Bale), un veterano del ejército que intenta salvar su modesto rancho del acoso de los acreedores sin es­crúpulos y que no puede evitar sentirse co­mo un perdedor ante la mirada de su mujer y de sus dos hijos. Dan vislumbra una oportunidad de cambiar todo ello cuando el celebérrimo forajido Ben Wade (Crowe) es capturado en el pueblo vecino, y decide unirse a un heterogéneo grupo formado por un cazarrecompensas, un mercenario, un médico y un agente de la ley, que deberá conducir a Wade a la ciudad de Contention, donde un tren le transportará a la prisión de Yuma para que sea juzgado.

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Lejos de las pretensiones de autor de la reciente El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, El tren de las 3:10 es un western muy de toda la vida, casi impersonal, que rescata magistralmente fórmulas y planteamientos que parecían por desgracia olvidados en el último cajón del armario. Nos recuerda que las películas de este género eran ante todo fábulas humanistas que contenían una profunda carga moral que a menudo colisionaba con la anarquía incivilizada de la América profunda árida e inmisericorde del siglo XIX, y que daba lugar a historias verdaderamente épicas, donde había mucha violencia pero siempre con ra­zón de ser. Son estas premisas las que despertaron la veneración hacia el cine del Oeste de los más grandes, desde Howard Hawks a Anthony Mann, y que ahora recupera formidablemente James Mangold (En la cuerda floja, Cop land) asistido por un guión e interpretaciones magníficas. Preci­samente casi todo el peso dramático recae en la complejísima relación que se establece entre los dos personajes encarnados por unos soberbios Christian Bale y Russell Crowe.

Es el tira y afloja dialéctico entre Dan, de quien no está claro si sus sólidas convicciones morales provienen únicamente de la tozudez, y Wade, cuya frialdad y falta de respeto por la vida humana parecen esconder un poso de vacío existencial, lo que eleva al filme a una categoría superior. Aún así, si prescindiéramos de esto quedaría una cinta entretenidísima de principio a fin, con un ritmo endiablado y unas secuencias de acción perfectamente rodadas.

Se trata, en definitiva, de una de las películas más redondas del año (de este o del pasado, lo que prefieran), y todavía habrá que agradecer al tirón que tiene ahora mismo Bale por El caballero oscuro para que la hayamos podido ver por fin en nuestras pantallas.

Elmore Leonard, escritor de 83 años natural de Nueva Orleans, verá pronto el estreno de otra película basada en una de sus novelas, Killshot, dirigida por John Madden y protagonizada por Diane Lane y Mickey Rourke.

Ficha Técnica

  • País: EE.UU. (3:10 to Yuma, 2007)
  • Fotografía: Phedon Papamichael
  • Montaje: Michael McCusker
  • Música: Marco Beltrami
  • Duración: 117 m.
  • Distribuidora: Wide Pictures
  • Público adecuado: Adultos
  • Estreno en España: 5.9.2008
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