El último duelo

El último duelo: París, 1386

· Crítica de El último duelo | Estreno 29 de octubre de 2021.
· La historia está escrita a tres manos: a Ben Affleck y Matt Damon -trabajaron juntos en El indomable Will Hunting– se suma Nicole Holofcener (Sobran las palabras).

En vísperas de Navidad de 1386, en París, ante el rey de Francia y varios miles de espectadores, tuvo lugar el duelo a muerte entre Jean de Carrouges y Jacques Le Gris. Una vieja amistad se había tornado en rivalidad, seguida de agravios, odio feroz y, finalmente -así consta en el acta-, denuncia por violación de la esposa de Carrouges. A falta de otros medios de hacer justicia o descubrir la verdad, el Rey autorizó el duelo confiando en que Dios ayudaría al inocente. Fue el último duelo de este tipo en Francia. Los hechos fueron narrados por varios cronistas de la época, y recientemente han sido recuperados por el profesor Eric Jager en un libro llamado El último duelo, en el que se basa el guion de esta película.

- Anuncio -

La historia está escrita a tres manos: a Ben Affleck y Matt Damon -trabajaron juntos en El indomable Will Hunting– se suma Nicole Holofcener (Sobran las palabras). No cabe duda de que están lejos de la brillantez de sus trabajos anteriores. La estructura del relato se inspira en Rashomon, de Kurosawa.

La película cuenta tres veces los mismos hechos con el título «La verdad según Jean de Carrouges», «La verdad según Jacque Le Gris» y, finalmente, «La verdad (versión de la ultrajada señora de Jean de Carrouges)». El inicio es apasionante.

Tras la primera versión de los sucesos, la segunda ofrece un punto de vista diferente rico en promesas que no se cumplen: Ridley Scott no está interesado en los agravios -reales o imaginarios- entre los duelistas y las repeticiones de la historia apenas varían, son simples repeticiones inmisericordes (dos horas y media) que, a falta de tensión, terminan aburriendo. El tercer capítulo, hemos dicho, se titula «La verdad» a secas y nos muestra a una mujer moderna, inteligente, competente -mucho mejor administradora de sus negocios que su marido-, relegada al papel de simple objeto en un mundo dominado por el machismo y la ignorancia. Los guionistas han modificado u omitido algunos hechos narrados en el libro para favorecer la tesis de Ridley Scott. En El reino de los cielos y en Robin Hood presenta la Edad Media como una época oscura, tétrica, supersticiosa; la religión sería falsa o interesada; el poder de la realeza y de la nobleza sería simple opresión, injusto e injustificable. El último duelo añade que la sociedad era insufriblemente machista. A estas alturas de la historia resulta tremendo descubrir que hace seiscientos años la mentalidad no era exactamente como la nuestra y para defender esa idea Ridley Scott estropea una buena historia.

De los tres actores que ocupan la escena, Matt Damon, Adam Driver y Ben Affleck, solo destaca el primero, hosco y taciturno. Los otros dos son estatuas de piedra, inexpresivos. De hecho en este relato no se entiende su actuación, están para servir al relato “auténtico” de Margarita de Carrouges, a cargo de Jodie Comer. Ésta, deliciosamente sutil en la primera parte, cuando cobra protagonismo cambia de registro, se convierte en otro personaje, en una mujer joven del siglo XXI fuera de lugar en la Edad Media. Peor parado sale el pobre Alex Lawther, haciendo una penosa caricatura del rey Carlos VI; o los leguleyos de París, supersticiosos e ignorantes.

El último duelo es una película interesante que no llega a ser una gran película por el funesto afán de Scott de instruir al espectador en la corrección política. Pero también tiene lo mejor de este director, su enorme talento a la hora de manejar grandes equipos. Una fotografía magnífica, localizaciones bellísimas, batallas, castillos, paisajes nevados… y todo ello sin recurrir al ordenador, como se hacían las cosas cuando él empezó a hacer cine, casualmente con Los duelistas. La puesta en escena merece un aplauso, los detalles de época están perfectamente cuidados. Las batallas y el propio duelo son espectaculares, y en extremo sangrientas.

⇒ Todas las películas de Ridley Scott