El último paso

El último paso: Ojalá no hubiera llovido

El último paso | Invierno de 1943, un caserío en los Pirineos. Allí se produjo la detención de cuatro extranjeros que formaban parte de una vasta red de evasión para los aliados que comenzaba en Bélgica, cruzaba Francia y terminaba en España. La denominada Red Comète.

Tellería y Goitkoetxea son las dos mujeres que dirigen este documental, que ya se proyectó en la última edición del Festival de San Sebastián. Ambas se conocieron en Inglaterra y decidieron establecer juntas su propia productora al volver a España. En Hernani, pueblo natal de las directoras, se contaba la historia de un hombre llamado Florentino que durante la Segunda Guerra Mundial ayudó a muchos pilotos ingleses y americanos a cruzar la frontera francesa en dirección a España, para poder volver a su hogar. La curiosidad les llevó a descubrir una trama más grande de lo que imaginaban.

Con unas sencillas palabras pero conmovedoras, comienza la narración de unos acontecimientos increíbles, dignos de un buen thriller. Sorprende la buena factura técnica y el acabado de las recreaciones de los hechos. La cantidad de documentación recopilada para acompañar la historia es abundante. Incluso en ocasiones llega a ser abrumadora. Por otro lado, la música y el montaje se mantienen en un elegante segundo plano para dejar que el hilo de la narración siga su curso sin distracciones. Los grafismos son una pieza fundamental para poder ver con más claridad la estructura de una red que en principio era simple pero que llegó a convertirse en una organización jerarquizada. Miles de personas, muchas de ellas chicas adolescentes, que colaboraron para salvar cientos de vidas arriesgando las suyas.

Los mejores momentos se disfrutan con las entrevistas a los supervivientes de aquella red de evasión. Abuelos y abuelas entrañables que, con sólo un silencio, pueden hacer que se encoja el corazón del público. Transmiten una gran fuerza después de haber pasado por todo eso, simplemente porque pueden contarlo.

Otra de las cosas que destacan es la sutileza con la que se tratan los temas políticos. Desde un punto de vista neutral, se presentan las declaraciones personales y los hechos con un gran tacto. Al fin y al cabo están hablando de personas. De decisiones complicadas que acaban en sentencia firme. De cómo una noche de tormenta puede cambiarte la vida. Un gran ejemplo de coraje para unos tiempos en los que cuando surge el dolor ajeno, se prefiere mirar hacia otro lado.

Lo mejor: El uso de los silencios.

Lo peor: Falta algo de ritmo en el arranque.