El violín

Con una estructura clásica que adapta lo que fue El violín como mediometraje, esta película mexicana muestra la dialéctica entre la música y la guerra

El violín (2005), ganadora del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva 2006

El violín: Sensibilidad, realidad e inteligencia

La historia de Plutarco Hidalgo es la historia de la realidad oculta de Mé­xico. Una realidad mostrada que se mide por la impronta de los más desfavorecidos, de los indignamente marginados y de Los olvidados que, al igual que los protagonistas de Buñuel en el México de los años cincuenta, viven para sobrevivir.

Abstracta, atemporal, comprometida en su tema y en sus silencios, El violín, a veces como un cuento, a veces como no ficción, habla de la violación de los derechos humanos, de la represión armada y de la falta de democracia y de justicia social de una tierra castigada. La imagen proyectada de México se muestra cercana a los ojos de la verdad e inaccesible ante la magnitud de las injusticias narradas, convirtiendo así el país en un lugar donde habitan los sueños al lado de las decepciones, y donde las vidas truncadas suponen el oscuro reflejo de lo más absurdo e irracional del ser humano.

A través de un protagonista de ochenta y un años de edad, al que acompañan su hijo y su nieto, Francisco Vargas Quevedo -director, guionista y productor de la película- ha conseguido capturar la esencia de la lucha del pueblo latinoamericano a través de relaciones personales sinceras y conmovedoras. Con unos diálogos precisos y una dirección que los acentúa, Vargas Quevedo ha logrado aunar la experiencia vital de don Plutarco, un hombre sensible e inteligente, con la pasión por la música. Interpretado por el actor no profesional Ángel Tavira, El violín alcanza momentos líricos que se funden con una trabajada aproximación al realismo, que según el director «va más allá de la realidad de la ficción tradicional».


Con una estructura clásica que adapta lo que fue El violín como mediometraje, un ritmo pausado acorde a cierta resignación de los pueblos indígenas, y la música popular mexicana como marca de identidad de la película, El violín muestra la dialéctica entre la música y la guerra. El violín deja de ser objeto e instrumento para convertirse en símbolo de liberación, de defensa y de moral, haciendo que el discurso de la película adquiera peso e importancia, haciéndolo universal. Todo esto le ha valido para alzarse por unanimidad con el máximo galar­dón del 32 Festival de Cine Iberoameri­cano de Huelva. En Cannes logró el premio al mejor actor de la sección «Un Certain Re­gard».

Ficha Técnica

  • País: México, 2005
  • Fotografía: Martín Boege
  • Montaje: F. Vargas Quevedo, Ricardo Garfias
  • Música: Cuauhtémoc Tavira, Armando Rosas
  • Duración: 98 m. Jóvenes-adultos
  • Distribuidora: Golem
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