Ellas

Ellas: Curiosa visión…

Hace apenas una semana se estrenaba Evelyn, un duro retrato del mundo de la prostitución, contada desde una chica peruana que caía en una red de explotación sexual. Su directora, Isabel Ocampo, se mostraba contundente al hablar del objetivo de la cinta: «me encantaría que la película lograra que la gente se diera cuenta de que en la prostitución no hay ningún glamour».

En definitiva, que las prostitutas que dibuja Woody Allen son, eso, material de ficción. Entre un extremo y otro quiere situarse Ellas, de la polaca Malgorzata Szumowska. La película arranca con el reportaje que Anne, una periodista de la revista Elle, está escribiendo sobre jóvenes universitarias que se prostituyen para pagar sus estudios. En su investigación, conocerá a dos chicas que no parecen tener muchos problemas en ejercer la prostitución y que acabarán trastocando los principios morales por los que se rige la vida de Anne.

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La verdad es que, sobre el papel, Ellas podría ser una película interesante al abordar un tema tan complejo desde la perspectiva del periodismo de investigación. El problema es que, muy pronto, la cinta se centra en el personaje de Anne y sus problemas vitales… y a partir de ahí todo se convierte en muy poco creíble. Porque si ya es sorprendente que dos chicas jóvenes no sientan el menor reparo en ser humilladas y violentadas -la película contiene escenas de una gran dureza-, que una mujer madura e inteligente pueda sentir envidia de este tipo de conductas -por muy aburrida y desilusionada que esté con su matrimonio- pertenece a la ciencia ficción…

A la ciencia ficción o a un discurso muy concreto que pretende hablar de la sexualidad femenina en clave absolutamente machista. Una clave que pone el acento en lo puramente instintivo, en los aspectos más materiales de una relación, en la separación del amor y el sexo.

Szumowska insiste que su película solo quiere plantear preguntas y no dar respuestas… Preguntas plantea y las respuestas las elude casi todas, pero las que no elude son de un determinismo, un pesimismo y una visión del hombre que dan ganas de empezar a correr en sentido contrario…

Lo mejor: Las actrices.

Lo peor: La nula credibilidad de la historia.