Emperador: Más que un rey
Peter Webber vuelve a acertar con el tono y el enfoque de una historia real fascinante que marcó el futuro de Japón y Estados Unidos
En 1945 el Comandante Supremo MacArthur (Tommy Lee Jones) vuela a Japón tras la rendición del país. En su mano está decidir qué papel jugará en el futuro el emperador Hirohito, al que los japoneses adoran como un dios. Para ello contará con la ayuda del general Bonner Feller (Mathew Fox) al que encarga un informe sobre la responsabilidad del emperador en la II Guerra Mundial, y especialmente en el ataque nipón a Pearl Harbor.
Emperador comienza con una escena muy significativa. Desde la cabina de un avión se muestra la explosión de la bomba atómica que acabó con las ciudades de Hiroshima y Nagasaki con una cifra superior a 220.000 muertos. Es una manera de desconcertar al espectador, de ponerle en una posición compleja. No es Estados Unidos en versión democrática-aliada-salvadora el que llega para perdonar la vida al Japón kamikaze y pro-nazi, es el espectador el que tendrá que aterrizar en un capítulo histórico que el director británico Peter Webber (La joven de la perla, Hannibal, el origen del mal) consigue retratar con veracidad. De esta manera, la película se acerca mucho al tono reflexivo del mejor cine histórico de los últimos años que va desde Cartas desde Iwo Jima a El Hundimiento o Hannah Arendt.
El guión de la película está basado en His Majesty’s Salvation, una novela del japonés Shiro Okamoto, estructurado como una trama policíaca en torno a un culpable ausente al que se conoce a través de los testimonios de los que gobernaron Japón bajo el mandato de Hirohito. La adaptación de este libro no era sencilla (era fácil caer en la simpleza maniquea o en el sentimentalismo patriotero) y la elección de los guionistas Vera Blasi (Woman on top) y David Klass (Medidas desesperadas, Pisando fuerte) no parecía, a priori, una garantía de éxito. Sin embargo, el libreto no solo salva escollos y mantiene un cierto nivel, sino que logra un ritmo narrativo medido y unos retratos muy precisos, especialmente el de MacArthur (el general más condecorado del ejército de Estados Unidos) y el emperador Hirohito (un hombre que se mantuvo en el poder desde 1926 hasta su muerte en 1989).
La historia de amor que acompaña a la trama histórica no está tan lograda, en parte porque el protagonista de Perdidos (Mathew Fox) es un actor correcto pero con poco carisma. Aún así el acertado acompañamiento musical de Alex Heffes (La sombra del poder, El último rey de Escocia) y la luminosa y colorida fotografía de los bosques de bambú de Stuart Dryburgh (El velo pintado, Retrato de una dama) hacen que esta trama romántica sea más que aceptable.
Emperador llega con más de un año de retraso después de fracasar en las taquillas norteamericanas y británicas. El motivo de este rechazo no creo que se deba tanto al tratamiento del argumento como a la desgana del público anglosajón hacia un cine sin grandes estrellas mediáticas y en el que no hay dibujos animados, superhéroes o exorcismos.
Ficha Técnica
- Dirección: Peter Webber,
- Guion: David Klass, Vera Blasi,
- Intérpretes: Tommy Lee Jones, Toshiyuki Nishida, Takatarô Kataoka, Mathew Fox, Eriko Hatsune,
- Fotografía: Stuart Dryburgh
- Montaje: William Chang
- Música: Alex Heffes
- Duración: 105 m.
- Público adecuado: +16 años
- Distribuidora: A Contracorriente
- Japón, EE.UU. (Emperor), 2012.
- Estreno en España: 7.3.2014