En un muelle de Normandía

En un muelle de Normandía: Infiltrada

· Crítica de En un muelle de Normandía | Estreno 28 de enero de 2022.
· Juliette Bino­che está formidable sin ningún tipo de maquillaje y rodeada de actrices primerizas, que combinan espontaneidad y talento.

Marianne Winckler es una escritora de prestigio que to­ma la decisión de infiltrarse de incógnito en un equipo de limpiadoras para reflejar su situación de precariedad laboral. Juliette Binoche es la musa que desciende a los trabajos más humildes para descubrir no solo las di­ficultades laborales, sino también la calidad humana de esas mujeres.

Emmanuel Carrère (París, 1957) es un novelista fa­bu­loso, uno de los grandes de la literatura francesa con­tem­poránea con títulos como Limónov o El adversario. Sus acercamientos al cine como guionista y director han si­do mucho menos célebres, con películas como la pe­cu­lia­rísima El bigote (2005), basada en una novela suya. En un muelle de Normandía adapta una novela de Florence Aube­nas, y se suma a la ola reciente de ficciones que dan protagonismo a este tipo de mujeres en diferentes lu­gares del mundo, algunas tan brillantes como Roma (Al­fonso Cuarón, 2018) y Una segunda madre (Anna Muy­leart, 2015), o uno de los últimos grandes éxitos de Net­flix: la serie La asistenta, de Molly Smith Metzler.

La película no tiene la calidad de los títulos anterior­men­te citados, principalmente porque su discurso no es tan sugerente, y visualmente es mucho menos ambi­cio­sa. Aún así, el reparto maquilla algunos de estos de­fectos, ofreciendo una historia intimista con detalles de interpretación que aportan verismo y matices a un de­sarrollo de personajes bastante plano. Juliette Bino­che está formidable sin ningún tipo de maquillaje y rodeada de actrices primerizas, que combinan espontaneidad y talento para atreverse a plantar cara a una de las gran­des del cine europeo.

En un muelle de Normandía participó en la Quincena de Realizadores de Cannes y en la sección Perlas del úl­ti­mo Festival de Cine de San Sebastián. Un regalo exce­si­vo para una película entretenida y sencilla, con un to­no social, emotivo y esperanzado que se agradece en esos certámenes internacionales tan habituados al hermetismo deprimente y egocéntrico de autores incompren­di­dos.