Crítica Entre la razón y la locura: Érase una vez un diccionario
Crítica Entre la razón y la locura. Este film cuenta la historia del Oxford English Dictionary, al menos de cómo arrancó el proyecto: una tarea que impulsó la Sociedad Filológica a mediados del siglo XIX, y que al ver que era superior a sus fuerzas, solicitó la ayuda a la Universidad de Oxford. El hombre que coordinó y puso en marcha ese monumental trabajo fue James Murray, un escocés autodidacta, profesor en un colegio, quien se trasladó a la Universidad con su familia y adoptó un enfoque democrático: solicitó la ayuda al público mundial, cualquier lector de cualquier parte del mundo podía enviar definiciones y referencias de cada palabra. En el comienzo de esta colosal aventura, Murray contó con la inesperada y formidable ayuda de William Chester Minor, un médico norteamericano, encerrado en un internado para criminales con trastornos mentales.
Esta historia fue novelada y publicada en 1998 por el periodista Simon Winchester con el título El profesor y el loco; Mel Gibson compró los derechos y -ocupado por otros proyectos- esperó el momento oportuno para rodarla. Al final encargó el trabajo a Farhad Safinia, co escritor del guion de Apocalypto, quien la rodó en 1996. Dicen, y es verdad, que el rodaje conoció diversos problemas y provocó un juicio con la productora y la posterior retirada de Safinia del rodaje; y que tanto Gibson como su director consideran el resultado final insatisfactorio por incompleto. Dicho esto, y salvando el derecho de Hollywood de odiar a Mel Gibson y poner a caldo -como ya han hecho- casi todo lo que tiene que ver con él, Entre la razón y la locura es una muy buena película que tiene algunos problemas, sin los cuales sería una obra maestra.
Si es cierto que la trama cuenta la elaboración de ese diccionario y sus dificultades -unas objetivas, el proyecto es ingente, colosal; otras subjetivas, envidias, rivalidades, gente que quiere que fracase-, el tema es otra cosa, hay un enfrentamiento de personajes/actores que funciona de maravilla. Mel Gibson/Murray y Sean Penn/Minor encarnan perfectos opuestos, pero pueden ser amigos por el amor a las palabras, palabras que llevan conceptos, conceptos que se convierten en hechos. Paso a paso el conflicto se centra en las palabras «amor» y «desagravio» y el tema central resulta ser redención.
Dicen, y parece evidente, que el enfrentamiento de Gibson con la productora tenía que ver con rodar en Oxford; especialmente cuando ya se habían pasado del presupuesto. Es evidente que no haberlo hecho ha afectado al montaje, tanto más que el montaje final se hizo sin Safinia; y que un tardío cambio de director no beneficia a la producción. No están logradas las transiciones a exteriores ni las transiciones temporales; la historia familiar de Murray resulta excesivamente esquemática, y nadie explica los problemas de la palabra arte (utilizada como ejemplo para el trabajo cotidiano en el despacho); pero -ya lo dijimos- si la productora lo hubiera arreglado, habrían tenido una obra maestra. Tal y como está es una película de personajes y son ellos los que llevan el peso, los principales brillan: Mel Gibson -buena noticia, está en forma y va a más-, Sean Penn -como siempre, pasado de rosca, pero en este caso adecuado a su papel-, y los secundarios son brillantes: Natalie Dormer, Steve Coogan, Stephen Dillane y Eddie Marsan.
Ficha Técnica
- Dirección: Farhad Safinia,
- Guion: John Boorman, Todd Komarnicki, Farhad Safinia,
- Intérpretes: Stephen Dillane, Steve Coogan, Mel Gibson, Sean Penn, Ioan Gruffudd, Jeremy Irvine, Natalie Dormer, Brendan Patricks, Adam Fergus, Kieran O'Reilly, Bryan Quinn, David Crowley, Olivia McKevitt,
- Fotografía: Kasper Tuxen
- Montaje: Dino Jonsäter
- Música: Bear McCreary
- Duración: 124 min.
- Público adecuado: +12 años
- Distribuidora: Filmin
- EE.UU. (The Professor and the Madman), 2019
- Estreno: 22.5.2020