Escuadrón de la muerte

Escuadrón de la muerte: Guerra y destrucción

Escuadrón de la muerte narra el itinerario del soldado Andrew Briggman en Afganistán. Hijo de un marine tiene ganas de hacer las coas bien, de destacar; bajo la dirección del carismático sargento Deeks, se convierte en el segundo de la unidad. La guerra es salvaje y los hombres responden por igual, pero cuando su pelotón mata inocentes, Briggman no sabe si debe denunciarlo o callar.

En 2013 Dan Krauss realizó un documental con el mismo título, básicamente contaba el juicio por los asesinatos de Maywand en Afganistan, en 2010. Los protagonistas hablaron a la cámara que, además, pudo filmar el juicio. Esta película es una dramatización de aquellos mismos hechos y responde a la pregunta de cómo se pudo llegar a aquello. Es evidente que los hechos no se produjeron espontáneamente.

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La nueva película muestra cómo unos jóvenes soldados, buena gente, van asimilando poco a poco el crimen como algo normal: la muerte, cualquier muerte, es parte de la guerra, luego inevitable. El sargento Deeks, que los forma, es un auténtico sociópata -y la interpretación de Skarsgård, fría y sosegada, es sutil y terrorífica a la vez-. Briggman no deja de hacerse preguntas y hacérselas al público. Los conflictos no son fáciles y, en un momento dado, con la suficiente  presión y el «liderazgo» adecuado, es fácil cruzar la línea.

La puesta en escena es sobria y eficaz, próxima a un documental; la fotografía de Stéphane Fontaine, en terrenos conocidos, contribuye a reforzar este efecto. Krauss no se desvía de los hechos reales, aunque ha cambiado los nombres, y busca honradamente mostrar cómo aquello se produjo.