Esperando al rey

Esperando al rey: Conquistando el desierto

· Nada nuevo en realidad, muy próximo a aquella Lost in translation, pero referida a un mundo que ahora nos inquieta más por las connotaciones que tiene con el fundamentalismo y con el terrorismo.

Tom Hanks es un solvente Alan Clay, típico empresario norteamericano, eficaz en lo suyo, pero perdido fuera de su ámbito. Además arrastra varias frustraciones: un divorcio y una falta tremenda de aprecio/reconocimiento de su valor por parte de sus colegas. Por ello, acepta trasladarse a Arabia Saudí para vender una puntera tecnología de comunicaciones, en el título original, conversaciones telefónicas holográficas, como si estuvieras paseando con tu interlocutor. En aquel país tendrá diferentes revelaciones: una cultura diferente no solo por parte de sus clientes árabes, sino también la capacidad de valorar de una manera distinta la propia cultura occidental, en este caso ver con ojos diferentes a sus colegas norteamericanos y otros occidentales que también trabajan en Arabia.

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Nada nuevo en realidad, muy próximo a aquella Lost in translation, pero referida a un mundo que ahora nos inquieta más por las connotaciones que tiene con el fundamentalismo y con el terrorismo. Esperando al rey es tópica también por su manera de enfrentar a un ejecutivo occidental llegado a la cincuentena larga, a sus realizaciones, sueños y a la felicidad/trascendencia.

Eso sí, Tykwer (El atlas de las nubes) rueda unas imágenes espectaculares, y Tom Hanks es solvente en el papel de ejecutivo norteamericano perdido en un mundo que no entiende. Aún así hay que decirle al cineasta alemán que su mejor película sigue siendo la primera, Corre, Lola, corre.