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El Hobbit: Un viaje inesperado

Jackson, instalado en El Señor de los Anillos, concibe El Hobbit como una precuela

El Hobbit. Un viaje inesperado


Crítica de El Hobbit. Un viaje inesperado | Lo que debería ser un cuento se convierte en una precuela de «El Señor de los Anillos». Digna, espectacular, pero precuela. No debería serlo porque no lo es.

El Hobbit. Un viaje inesperado: Más de lo mismo

El Hobbit, la obra de Tolkien en que se basa esta película, es un cuento largo no una novela épica. Publicado en 1937, fue escrito a ratos durante bastantes años, en los que Tolkien fue «contándo-el-cuento» a sus hijos pequeños. El aire de narración para niños da al relato un encanto especial, porque hay una extraordinaria jovialidad y buen humor en las descripciones y los diálogos.

No en vano, un niño de 10 años fue quien, con su entusiasmo de lector catador, terminó de convencer  a su padre, el editor, de que publicara el libro.


Pero no toca hablar aquí de la novela-cuento de Tolkien, sino de la película de Peter Jackson. ¿Qué tal está? ¿Cómo es? Un resumen apretado: está bien y es larga, innecesariamente larga. Y se parece demasiado a El Señor de los Anillos, cosa que es un error, porque El Señor de los Anillos es un relato épico y ya hemos visto las tres películas.

El guión de El Hobbit tiene brillantes aciertos (los acertijos en la niebla de ese capítulo 5 de la novela tan retocado y azaroso, la entrada en escena de Gandalf y los enanos, el retrato de la vida en la Comarca y del agujero donde vive Bilbo) y torpezas llamativas (esas peroratas explicativas con voz de fondo de cántaro, incrustaciones digresivas innecesarias; el agotador alargamiento de algunos combates y persecuciones;  la inserción caprichosa de personajes que no aparecen en el relato original; la inadecuada y perezosa música de Shore; el empalagoso tratamiento de los elfos, quizás acentuado por los 48 fps; los tontos momentos de violencia gráfica autocomplaciente que harán que la película asuste a los menores de 12 años).

Sobre Walsh y Boyens, las guionistas de El Hobbit y El Señor de los Anillos, ya es conocida mi opinión: Tolkien les viene grande, enorme. Como poeta, como pastor y domador de palabras, como sinfonista del paisaje, como autor de cantares de gesta. También como cuentista.

El Hobbit. Un viaje inesperado

De 100 a 500, van 400

El condicionamiento que implica contar una historia que da para 100 minutos en tres películas que suponemos rozaran los 500, es que tienes la sensación de que Jackson y su equipo van poniendo lazos, bolitas, campanitas y espumillón a un árbol de Navidad muy bonito pero con sobrepeso, tanto que el árbol se ve con dificultad. Y caramba, el árbol, lo esencial, debería verse más y mejor.

Yo, puestos a entender, entiendo todo. Entiendo que la inversión es grande y hay que recuperarla, entiendo que hay que pensar en los frikis y que la sagamanía manda en el cine actual, entiendo que Jackson es y seguirá siendo (desde el punto de vista cultural y narrativo) un tipo muy limitado, un director de cine medianejo, que demasiadas veces no acierta con el tono que debería tener el relato. Y para colmo se asocia con Del Toro, con Guillermo del Toro… El esfuerzo tecnológico de Weta, la empresa de efectos digitales de Jackson, vuelve a ser tremendo pero uno se pregunta si Jackson no debería dedicarse a esos menesteres y dejar la dirección en otras manos.

Un viaje de ida y vuelta

Un viaje de ida y vuelta es el que hace Bilbo Bolsón, un mediano hogareño que se ve envuelto en una aventura con unos enanos, que acuden a él por el consejo de un mago, Gandalf, que les recomienda al hobbit como un experto saqueador. La misión: recuperar su hogar perdido y el tesoro que hay dentro…

La película de Jackson hace el viaje al revés que Tolkien, que fue de El Hobbit a El Señor de los Anillos. Jackson, instalado en El Señor de los Anillos, concibe El Hobbit como una precuela.

Y al hacerlo, paga las consecuencias. La película es espectacular: la puesta en escena, el generoso diseño de producción, la buena fotografía a pesar del espantoso 3D, hacen de ella un entretenimiento de calidad que en algunos tramos es brillante. Pero: pero para el que ha visto El Señor de los Anillos, El hobbit es más de lo mismo. Así de simple. Y podría no haber sido así.

Con los mismos productores, con otro director y otros guionistas, Martin Freeman –un actor soberbio que clava a ese Bilbo, Sacovilla burgués y vividor con un ramalazo Tuk– habría liderado un cuento estupendo, original, fresco, desenvuelto, vibrante. En vez de limitarse a protagonizar -relativamente, porque se diluye su ser y su carácter, con tanta innecesaria vuelta y revuelta- esta primera parte de El Hobbit que bien podría llamarse El Señor de los Anillos: la recarga.

Web oficial de la película

El Hobbit. Un viaje inesperado

 

Ficha Técnica

  • Fotografía: Andrew Lesnie 
  • Montaje: Jabez Olssen 
  • Música: Howard Shore  
  • Distribuidora: Warner 
  • Duración: 169 minutos 
  • Público adecuado: +12 años (V)
  • Estreno: 14/12/2012

The Hobbit. An Unexpected Journey. USA, Nueva Zelanda. 2012

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