Érase una vez en Anatolia: Compasión

Érase una vez en Anatolia | Premiado por 3ª vez en Cannes. Igual les compensa ponerle a Ceylan un apartamento. 

El director turco Nuri Bilge Ceylan (Estambul, 1959) es uno de los reyes del mambo festivalero. Sus seis largos han recibido 54 premios, de ellos tres importantes en Cannes: mejor director por Tres monos (2008) y premio del Jurado por Lejano (2002) y la que nos ocupa, Érase una vez en Anatolia (2011).

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Hace 10 años escribí sobre Lejano, y no les miento: no cambio una coma para hablar de esta nueva película. Porque la película es, esencialmente, la misma, aunque infinitamente más pesada.

Donde pone Lejano pongan (para bien y para mal) Érase una vez en Anatolia. Créanme, no es pereza, es sincero desconcierto después de 150 minutazos, que podrían ser 85-90 porque la historia da para 75. Ergo sobran 75, media película.

Una caravana de vehículos (fiscal, forense, policías, militares) recorre Anatolia para que los asesinos que han detenido revelen el lugar donde enterraron a su víctima.

Hace diez años, escribía… “Nuri Bilge Ceylan (Estambul, 1959) es un fotógrafo que estudió Ingeniería antes de acudir un par de años a la Escuela de Cine de la capital turca. En el Festival de Cannes de este año [2003] triunfó con su película Lejano, Premio Especial del Jurado y al mejor actor, compartido por los dos protagonistas.

Admirador confeso del japonés Yasujiro Ozu -de quien valora sobre todo su mirada humanamente compasiva hacia los personajes-, Bilge Ceylan se ha empapado también la obra de Tarkovski, Bresson y Antonioni. Su primer largo, Kasaba (El pequeño pueblo), es de 1997. Luego vino Mayis Sikintisi (Nubes de mayo), que en 2000 ganó 18 premios internacionales.

Mahmut es un fotógrafo turco que vive en Estambul, instalado en una vida acomodada gracias a sus trabajos publicitarios para una empresa de pavimentos y a los reportajes de fotografía rural que realiza periódicamente. Solo tras su divorcio, Mahmut ve alterada su independencia con la llegada de Yusuf, un pariente que viaja a la capital en busca de trabajo. Yusuf, rústico y sencillo, es un trasunto del Mahmut de hace 20 años.

Esta historia de campo y ciudad no es excesivamente original, pero resulta muy sugerente y aleccionadora sobre la Turquía laica contemporánea heredera de Ataturk. Con ella, Lejano construye un relato con un poder de seducción visual poco común, que respira la intimidad de un equipo muy reducido (5 personas) y con poco material a cuestas, que no cae en la trampa del exotismo. Las calidades de fotografía, planificación y montaje son sencillamente apabullantes. Con la magia de buena parte del metraje tiene mucho que ver la inteligencia de las localizaciones, especialmente en las secuencias del puerto y el muelle abandonado.

El desmedido metraje, cierto atascamiento en el tramo final de la historia y algún exceso de esteticismo filoiraní -de esos que logran el arrobamiento de jurados y los desmayos de algunos cinéfilos incondicionales- separan a Lejano de la condición de obra maestra. Todo llegará.”

… Y diez años, después aquí seguimos, el turco y yo.

Me encanta que admire a Ozu (de quien valora sobre todo su mirada humanamente compasiva hacia los personajes). Evito la versión extendida del chiste fácil: que deje un poco de compasión para el sufrido espectador…

Web oficial de la película

Ficha Técnica

  •  Gökhan Tiryaki
  • Montaje: Bora Göksingöl
  • Distribuidora: Surtsey
  •  150 minutos
  • Mayores de 16 años
  • Estreno: 22/3/2013.

Turquía/Bosnia Herzegovina (Bir zamanlar Anadolu’da).
2012. 

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