Invasor

Daniel Calparsoro rueda un vigoroso e interesante thriller político en el que se echa de menos un dibujo más perfilado de los antagonistas

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Invasor: Irak-La Coruña

Pablo es un médico militar que se recupera de heridas recibidas en una misión en Irak. Su búsqueda por conocer la verdad de lo que pasó le llevará a enfrentarse a un difícil problema de conciencia y a un complejo conflicto político.

Daniel Calparsoro, 44 años, no rodaba un largo desde 2005. Desde Ausentes ha estado haciendo series de televisión. Hace 10 años estrenó Guerreros, ambientada en la participación española en la guerra de Kosovo.

Invasor es probablemente su mejor película, un thriller político que merodea además en el terreno del cine policiaco, del bélico y del drama de toda la vida. Una película, parcialmente rodada en La Coruña, que demuestra que el cine español tiene músculo suficiente para salirse de los estrechos géneros en los que ha estado encasillado mucho tiempo.


Entre los aciertos de Invasor está el ritmo agilísimo de la acción -marca de la casa Calparsoro-, la calidad de la producción, el modo de rodar algunas escenas de acción -esas persecuciones rodadas en una Coruña que podría ser Manhattan- y una estupenda dirección de actores.

Como en Celda 211 (el mismo equipo de producción está detrás de esta película y se nota para bien), Alberto Ammann vuelve a demostrar su valía para interpretar personajes con conflictos morales que quieren mantener la dignidad. Antonio de la Torre le da una réplica perfecta, como hombre más curtido que ha decidido hace tiempo, con la ayuda del alcohol, vestirse con la capa del cinismo.

El tour de forcé entre estos dos personajes es, junto con el ritmo y la calidad del envoltorio visual, lo más valioso de la cinta. Una cinta en la que se echa de menos un dibujo más perfilado de los antagonistas. La película entra de lleno en un género, muy trillado por los americanos, del «individuo contra el sistema», hasta aquí todo perfecto, máxime cuando el conflicto resulta interesante y cuando durante gran parte del metraje se intenta equilibrar para no caer en el maniqueísmo y la generalización (que es uno de los grandes riesgos del género).

El problema es que este equilibrio se rompe al final con un estallido de violencia -también muy de Calparsoro– en dos pasajes que restan credibilidad a la historia y que pueden ahuyentar a una parte del público que vea en la película una crítica directa a una determinada gestión política. Esa crítica la hay, por supuesto, pero no sería justo reducir a un eslogan -tanto los creadores como los espectadores- una cinta tan potente, con un dilema tan interesante.

Ficha Técnica

  •  Daniel Aranyó
  • Montaje: David Pinillos
  •  Lucas Vidal
  • Distribuidora: Buena Vista
  • 99 minutos
  • Mayores de 18 años (V)
  • Estreno: 30/11/2012

España. 2012.

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