Operación E

Miguel Courtois firma su mejor película, una historia real de un campesino colombiano envuelto en la guerra abierta entre las FARC, los paramilitares y el gobierno

Operación E (2012)

Operación E: Historia de un desplazado

La cruda historia de la realidad de Colombia es más o me­nos conocida por todos. La guerra abierta entre las FARC, los «paracas» y el gobierno ha llenado re­gu­lar­men­te las páginas de periódicos internacionales. De lo que sa­bemos poco es de la historia de las personas anónimas que deben afrontar día a día las fricciones en­tre es­tos tres­ grupos. Víctimas inocentes, han pasado a convertirse en­ títeres de estas facciones en función de quién y en qué momento controla el pedacito de tie­rra con la que se­ ganan humildemente la vida.

Operación E se centra precisamente en una de estas pe­­queñas vidas, insignificante para los grandes dignata­rios, pero preciosa para quien la protagoniza. El director de El lobo, Miguel Courtois Paternina, ha ele­gido una his­toria real como base de su largometraje más reciente. Con un guión firmado por Alejandro One­ttiAmar en tiem­pos revueltos, GALCourtois retrata el periplo de Jo­sé Crisanto, un campesino cocalero for­zado a cuidar de un­ niño moribundo que las FARC le entrega bajo amenaza de muerte. Desde ese momen­to, todos los esfuerzos de Crisanto se centrarán en salvar la vida de ese niño y en in­tentar asegurar su propia su­pervivencia y la de los su­yos.

Interpretado por un magistral Luis Tosar, el persona­je se­ convierte en el eje central de este relato de denuncia, de mostración de la indefensión de los más dé­biles fren­te a un sistema viciado y en guerra, de impotencia y frustración, en el que se narra la necesidad acu­ciante de la búsqueda de herramientas para la supervivencia co­tidiana. Tosar se enfunda una gorra y unos pantalones viejos para dar vida a este sencillo y as­tuto campesi­no, que solo desea conseguir la seguridad de su nu­merosa familia. Con un acento extraordinario y una mi­mética precisa y trabajada, Tosar de­muestra nuevamente sus cualidades actorales y se car­ga a la espalda el peso de un relato que avanza dolo­ro­samente al ritmo de su vibrante interpretación. El in­térprete se sintió atra­pado por la historia de Crisanto des­de que leyera el guión y tomó la resolución de convertirse también en co­productor de la cinta. La emoción que le embargó al en­frentarse a esta obra y que con­mueve al espectador que se enfrenta a Operación E, es­tá ejemplarmente resu­mi­da en las propias declaracio­nes de Tosar: «una pelícu­la puede tener la facultad de des­pertar, a través de sus per­sonajes, la reflexión y la empatía ante el dolor ajeno. El cine nos regala víctimas te­rribles pero también héroes circunstanciales que na­cen de la pluma del guionista, ins­pirada por una reali­dad dura como la piedra».

En su intento por reflejar los hechos de la forma más ve­rídica posible, el equipo rodó la película íntegramen­te en Colombia, con los problemas logísticos y políticos que esta decisión podían acarrear. Hablaron con el auténtico Crisanto, se pusieron en contacto con el Ejérci­to y hablaron con antiguos miembros de las FARC para dar­le al filme el tono adecuado.

El resultado es una película desnuda, directa y cru­da. La historia que se cuenta se convierte en la Historia de Co­lombia y de sus cuatro millones de des­plazados, de las víc­timas anónimas y desamparadas por una trifulca que rom­pe sus posibilidades de supervivencia, que les obliga a abandonar sus tierras y malvivir en su condición de des­plazados. Bajo este punto de vista, Courtois opta por una dirección sin florituras, por una cá­mara que se pega a sus personajes para mostrar sus cir­cunstancias. La música de Thierry Westermeyer refleja el malestar de los per­sonajes con una partitura mínima pero certera y her­mo­sa, mientras que el peso de la acción recae en un elen­co actoral impecable. En el apar­tado técnico, de­be­mos lamentarnos por la pobreza, en algunas secuencias, del sonido directo, aunque esta de­ficiencia es ya una vie­ja conocida del cine español.

Con sus pequeñas imperfecciones y su doliente belle­za, Operación E es una película necesaria, una historia de héroes anónimos injustamente castigados; en definitiva, la cara B de una historia archiconocida (el cautive­rio y liberación de Clara Rojas) y desconocida por la ma­yoría (la odisea de José Crisanto).

Ficha Técnica

  • País: España/Francia, 2012
  • Josu Incháuestegui
  • Montaje: Jean-Paul Husson
  •  Thierry Westermeyer
  • Distribuidora: DeAPlaneta
  •  108 minutos
  • Mayores de 16 años
  • Estreno: 5/12/2012
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