Exit through the gift shop

Exit through the gift shop: Banksy y los grafiteros

Un francés parlanchín llamado Thierry Guetta cuenta cómo su hobby le ha hecho famoso y millonario. Una historia que vale la pena escuchar, y ver. Guetta se instaló en Los Angeles con su mujer e hijos. Le gustaba grabar en vídeo todo lo que veía; era de los que no dejan la cámara apagada ni un segundo.

Un día se cruzó con un grafitero, y su vida cambió, encontró un objeto a su obsesión fílmica. Se dedicó a acompañar a los mejores artistas callejeros del mundo -en teoría para realizar un documental sobre ellos-, se convirtió en uno de ellos y, con el nombre artístico de Mister Brainwash, ha pasado a las salas comerciales y ya ha organizado dos exposiciones, una en L.A, otra en Nueva York. Al parecer, sus antiguos camaradas le han dado la espalda.

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Digámoslo rápidamente. El mundo del documental es cada vez más interesante, y las malas lenguas añadirían que en la misma proporción en que el largometraje de ficción lo es menos. Sin salir de este año, The Cove, sobre las masacres de delfines; Anvil, sobre un grupo de heavy; y La última cima superan en calidad e interés a la mayoría de las obras de ficción estrenadas. Exit through the gift shop se suma a esa corriente de obras muy interesantes, independientemente del interés que el espectador lleve a la sala.

En esta cinta, realizada con mucho talento, se mezclan la aventura, el arte y el mensaje, todo ello salpimentado con el humor británico y sofisticado de Banksy, que sorprende, deja perplejo, crea tensión y al final deja al público preguntándose: ¿todo ésto es verdad, es mentira, o es otra de las obras de Banksy, cuya fama de genio ácrata es mundialmente conocida?

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