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Extrañas coincidencias

Divertido embrollo, casi sin sentido, que uno esperaría de una película europea, pero no de una norteamericana

Extrañas coincidencias (David O. Russell)

Extrañas coincidencias: Detectives existenciales

Estamos ante una comedia con todas las de la ley porque, además del absurdo, con su tanto de absurda, tiene también más de lógica y lúcida, coherente en el subterráneo fondo del tema que trata. El tema que tra­ta -¡oh, sí!- es la absurda vida que vivimos en la absurda civilización que nos hemos “montado”. Es un tratamiento crítico el suyo, simple como las lecciones de los hermanos Marx: el mal com­­portamiento -contra lo que pueda parecer- fracasa y hace daño; el buen comportamiento trae la felicidad y difunde el bien. Esta tesis exis­­tencial es a todas luces insuperable.

Esta película no tiene nada que ver con Tres reyes, aquella otra que David O. Russell hizo con Mark Wahlberg, que aquí es, con Naomi Watts, protagonista del bien. Los dos están extraordinarios en su atractiva naturalidad. Gra­cio­­­sos y también absurdos: él es un bombero pen­sador obsesionado hasta el terror con el pe­tróleo, y ella es una modelo que prefiere, en su intimidad, ir holgadamente vestida de amish pobre y sucia.

¿Los demás? Vale la pena el reparto de actores. Dustin Hoffman y Lily Tomlin son los caóticos directivos y empleados de una agencia de detectives que ayuda a encontrarse a sí mismo; sus métodos son propios de un despatarrado cuen­to surrealista. Coopera -o algo- en la som­bra de la superactiva empresa una fatalista y negativa filósofa francesa (Isabelle Hu­ppert).


Jude Law es el malo, que en una especie de ONG dedicada a salvar la naturaleza amenazada ha suplantado al bueno, Jason Schwartzman, que, por eso y una serie de coincidencias sucedidas en su vida, siente que está perdido y acude ingenuamente a la empresa de detectives locos para que le ayuden a encontrarse.

Divertido embrollo, casi sin sentido, que uno esperaría de una película europea, pero no de una norteamericana. Hay unos cuantos y estupendos secundarios, que logran a su vez más ramificaciones de las ya inextricables ramas, por ejemplo una muy elegante Tippi Hedren.

El guión es un bien estudiado enredo. Si no estuviera bien urdido sería un caos que provocaría el “desenchufe” y el desinterés. Al contrario, la solución de las peripecias interesa.

El humor y las gracias, bromas y chistes sazonan por todas partes la ensalada. Un poquito de tijera (10 ó 15 minutos menos) hubiera venido bien por aquello de Gracián. Y no me refiero a la pe­nosa escena de barro y sexo, un pegote postizo y desangelado…

¿Y la dirección? La de actores, fantástica. Los actores lo son, salvo Jude Law, que da po­co de sí. La película tiene las elipsis convenientes, los encuadres esperables y con seguridad cambiantes, sin caer en la vorágine tomatosa o de astracanada. No. Lo dije al principio: Extrañas coincidencias es una comedia con todas las de la ley, y también que casi parece una muy buena película europea.

Ficha Técnica

  • País: EE.UU/Alemania (I Heart Huckabees, 2004)
  • Fotografía: Peter Deming
  • Montaje: Robert K. Lambert
  • Música: Jon Brion
  • Distribuidora: Fox
  • Estreno en España: 12.08.2005
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