Flamenco, flamenco: Andalucía se hermana con Pomerania

Ya son 13 las filmaciones musicales de Saura (Huesca, 1932). De la mano del director de fotografía Vittorio Storaro y 16 años después de haber hecho Flamenco, ha reunido un puñado de actuaciones de cante y de baile, con unos artistas que de algún modo son el hoy y el futuro de este arte, con unos cuantos veteranos para contrastar.

Hay momentos bellísimos, pero pesan la falta de guión y el efecto acumulativo, con unos fundidos a negro y una sensación persistente de que las actuaciones que se filman (bastantes de ellas) son brillantes pero que el registro es casi mecánico y prefiere el realizador el control de un espacio cerrado a la complejidad de salir a la calle, al sol.

El abuso del contraluz y unos fondos casi tétricos no ayudan, la verdad, es que me ponen al borde del desconcierto. Se percibe una pobreza iconográfica llamativa (no es por ser tiquismiquis, pero lo de la saeta y la coreografía procesional sin el menor referente iconográfico cristiano tiene castaña), con una selección de pintura pobretona y monocorde.

Saura y Storaro se empeñan en unas oscuridades propias de un Friedrich, con un enclaustramiento agotador en su monotonía. Hay momentos en que dan ganas de sacar una linterna para contemplar la belleza de Estrella (vaya faena de vestuario y de peluquería), de Sara (vaya maravilla de vestido), de Eva, de Montse, de Farruquito, del Carpeta, de Paco de Lucía, de Sanlúcar, etc., etc. Todos sometidos a unos contraluces durísimos.

En la rueda madrileña hubo una de esas intervenciones eruptivas y apasionadas cargando con la presencia de algunos artistas en esta antología. Es evidente que Mercé no es el que era y que hay demasiado gesto de arquero olímpico y poses de rapero en algunos bailarines, pero también lo es que Miguel Poveda saca un camión de duendes de paseo y Farruquito está colosal y Montse Cortés es una fuerza de la naturaleza…

Más allá de gustos, me parece a mí -que no soy polaco y sé cómo suena el barrio de Santiago- que el flamenco es luz y sombra, alegría y pena, taberna y calle, vida y muerte. Andalucía, no la Pomerania, patria natal de ese pedazo de pintor llamado Caspar David Friedrich, que dicho sea de paso, me gusta a rabiar. Saura, esta vez, es plano cuando a la filmación le hubiera venido bien el relieve. Pero bueno, el flamenco vive, también en esta película del otras veces atinadísimo Saura, un señor donde los haiga.

Lo mejor: Hay flamenco para rato.

Lo peor: La oscuridad forzada y enfática.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Vittorio Storaro
  • Montaje: Vanessa Marimbert
  • Música: Varios
  • Duración: 90 min.
  • Público adecuado: Todos
  • Distribuidora: Alta
  • España, 2010
  • Estreno: 19.11.2010
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