Fuera del cuerpo

Fuera del cuerpo: No sé si en el cuerpo o…

No me extraña nada que en el Fes­ti­val de Málaga le hayan concedido a este filme el premio a la dirección y el pre­­mio al guión. Por otro lado, Peñarro­cha ya obtuvo otros premios como guionista, en cine y en televisión; tiene un corto, pe­ro este es su primer largometraje. ¡Para sí quisieran muchos una película así como número 20 de su carrera!

Se lee en el currículo de Vicente Peñarro­cha que es una de las últimas promociones en Ciencias de la Información (Imagen), y que ha trabajado en cine durante los años 90 en California, y que ha perfeccionado su formación en Los Angeles, estudiando allí durante dos años. Se nota. ¿Qué se nota? Que ha asimilado todo muy bien, y que lo ha hecho suyo. En Fuera del cuerpo hay muchas re­ferencias o citas de clásicos del cine. Pero es un trabajo con personalidad, sólido (me permito esta bromita: no en vano lo distribuye Sólida). No es rabiosamente original ni agre­sivamente novedosa -quizá hubiera sido un error en una primera película-, pero sí habla con voz propia, es suficientemente nueva y original.

Tal vez una de las cosas que más pueden sor­prender en esta primera película es la seguridad en la narración, la falta de fallos en la construcción -sea del guión, sea de la dirección-, la soltura y fluidez de su desarrollo, sin caídas, sin espacios vacíos: todo se mantiene con vigor.

Como dije de las citas clásicas en la película, lo digo del guión: es un escrito culto, muy disimuladamente culto; pero ahí está el héroe clásico perdido en un mundo adverso, luchando en su aventura contra las adversidades, materiales y demoníacas, se enfrenta al llamado destino… Pero, en realidad, lo que realmente se ve es una comedia en la que el personaje se enfrenta al actor y viceversa, el mundo de ficción cinematográfica invade el mundo real, y viceversa… Un juego agitado y cómico de desdoblamientos: un lío magníficamente trabado y coherente, lleno de humor, un humor que también, y tan bien, disimula lo que pudiera ser un mal sueño, o tal vez la angustia y la tragedia de la vida… ¡No! Esto sólo está sugerido, apuntado, de modo tan le­ve que quizá no se advierta. Salvo una escena inicial de motel, a pesar de todo quizá admisible, no hay nada más grueso, vía fácil de la carcajada soez, sino inteligente humor, iro­nía aguda y risa refrescante.

Magnífico Gustavo Salmerón en su doble papel, espléndido, y muy bien acompañado por José Coronado, Goya Toledo y todos los demás. Se nota también que los actores han creído en el director, en la historia que de­bían representar; hay que añadir, pues, que ha habido una buena dirección de actores.

Es una película española alejada de la cutrez petarda por falta de cultura y de profesionalidad, ajena a la espontaneidad vacía co­mo pretendida desinhibición y bandera de una falsa libertad, etc. Es una película.

Fuera del cuerpo

España, 2004