Garbo: El espía | Aquellos espías de antes

En tiempos de bournes hipertecnificados e infalibles, hete aquí un espía como los de antes. Garbo, el espía es un documental modesto pero bien plantado que recupera la figura de Joan Pujol, alias Garbo, un españolito autodidacta que, con mucha imaginación y ningún sentido del ridículo, colaboró decisivamente en la derrota de los nazis.

En realidad se trata de una historia ya vieja. A mitad de los 80 saltó como una bomba. El personaje, al que se suponía muerto, no estaba tal, sino de parranda por Venezuela con una nueva identidad. Pujol fue invitado a la agradecida Europa, donde se le condecoró y homenajeó antes de morir, pacíficamente y ya del todo (suponemos) en 1988. No era para menos.

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Durante la guerra, Garbo, instalado primero en Lisboa y luego en Londres, se inventó una compleja red de espías que suministraba información a los alemanes. Con alma de guionista, salpimentó el engaño con gotas de realidad y los nazis, al parecer menos sofisticados de lo que nos hacían creer, tragaron. Hasta el punto de creer la obra maestra de Garbo, el colofón de su mentira: el desembarco en Normandía era sólo una maniobra de diversión para liberar la zona de Calais, donde se produciría la verdadera invasión.

Edmon Roch resucita ahora la divertida historia de espías de papel, engaños y chapuzas varias ordenando un material variado: el núcleo lo forman las entrevistas a personajes que aclaran diversos puntos de la peripecia de Garbo, desde el novelista Nigel West y el Oficial de Inteligencia del MI5 Mark Seaman, a nuestra Condesa de Romanones o el periodista Xavier Vina­der, pasando por las dos familias del interfecto. Pero alrededor, como retales con una misión entre ornamental y contextualizadora, gira abundante material de archivo, entre el que destacan las imágenes del brillante Hollywood de la época, la descripción del esplendor nazi y, por supuesto, las imágenes y palabras del redescubierto Garbo de los 80. Todo aderezado con una banda sonora más que interesante y desmitificadora, muy a tono con lo esperpéntico de la historia.

En definitiva, un documental entretenido aunque un tanto farragoso. No en vano esa era la especialidad de Garbo: embrollar la realidad para parecer verosímil. La cinta ha obtenido el premio al Mejor Documental en el Festival de Cine Europeo de Sevilla.


▲ El impagable personaje de Garbo.

▼ Cierto caos expositivo que puede llegar a aburrir.

Ficha Técnica

  • País: España, 2009
  • Fotografía: Bet Rourich, Gabriel Guerra, Joachim Bergamin
  • Montaje: Alexander Adams
  • Música: Fernando Velázquez
  • Distribuidora: Ikiru Films
  • Duración: 93 minutos
  • Público adecuado: Todos
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