Hellboy

Las dos horas de esta película, rodada en Praga con 66 millones de dólares de presupuesto, se ven con mucho agrado y bastantes risas porque hay un guión muy bueno

Hellboy

Hellboy: Demonio rojo

Hellboy | Guillermo del Toro (Guadala­jara, México, 1964) renunció a dirigir Ha­rry Potter y el prisionero de Azka­ban para centrar todas sus energías en Hell­boy, la adaptación del cómic creado por el californiano Mike Mignola para Dark Horse en 1994. Y parece evidente que ha merecido la pena. Del Toro tiene una confesada debilidad por el terror gótico (Cro­nos, Mimic, El espinazo del diablo, Blade II), un género en el que se mueve con soltura gracias a la consolidación de un equipo muy solvente que logra que la fotografía, el montaje, la música y los diversos elementos del diseño de producción realcen el misterio de mundos subterráneos poblados por extrañas criaturas.

Hellboy, nacido de las llamas del infierno, y traído al mundo por el mismísimo Rasputín en medio de un ritual pagano patrocinado por los nazis, el temible diablo rojo Hellboy (Ron Pearlman lo interpreta con enorme acierto) será criado por el Doctor Broom (John Hurt) en el ultrasecreto Centro de Defensa e Investigaciones Paranormales. Hellboy, gamberro, comilón y chulo fumador de puros, será el infatigable contendiente de los monstruos que acechan en los submundos tenebrosos.

Las dos horas de esta película, rodada en Praga con 66 millones de dólares de presupuesto, se ven con mucho agrado y bastantes risas porque, por encima de la calidad  de los efectos visuales, el maquillaje y los imaginativos escenarios de una acción trepidante, hay un guión muy bueno, con un vigoroso dibujo de personajes, con bastante sitio para el humor, la ternura y el romanticismo. El singular héroe, que tiene mucho del John McClane de La jungla de cristal y de Arnold Schwarzenegger (Depredador), es una bestia parda que esconde el habano humeante en presencia de su padre, se afeita a diario los cuernos y conversa con un chaval de nueve años mientras espía a su incendiaria novia desde una terraza.


Son eficaces y adecuadas la música de Beltrami (Yo, robot, Terminator 3), la fotografía de Navarro (Silencio roto, Spy Kids, Stuart Little, Jackie Brown, Desperado), el montaje de Amundson (Godzilla, Pánico en el túnel) y el diseño de producción de Scott (Muere otro día, El mañana nunca muere, Indiana Jones y la última cruzada). El reparto está muy bien, aunque a los malos les falta definición. Naturalmente hay similitudes con otras películas comiqueras (Spider­man, Hulk, X Men, Blade, Spawn, La liga de los hombres extraordinarios), pero hay que reconocer la fluidez y la simpatía de la historia del mexicano Del Toro, capaz de seducir -ya desde el estupendo prólogo- a los aficionados al cómic y a los que ven la película sin serlo.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Guillermo Navarro
  • Montaje: Peter Amundson
  • Música: Marco Beltrami
  • Distribuidora: ColumbiaHellboy (EE.UU., 2004)
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