Hostiles

Hostiles: The searchers revisited

· Cooper recoge en Hostiles lo mejor del género con actores mara­vi­llosos, una dirección de fotografía espectacular de Masanobu Takayanagi (qué pena no disfrutarla en panta­lla grande) y una banda sonora eficaz de Max Ritcher.

Uno de los objetivos de este portal web es sacarle brillo a joyas que pueden pasar desapercibidas entre los espejuelos de estrenos más o menos mediocres. Si se trata de una película que no ha encontrado distribución en Es­paña, la empresa se vuelve tan difícil como urgente. Fran­camente, no tiene explicación ni perdón que Hostiles no haya pasado todavía por la cartelera.

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Lo último de Scott Cooper (Crazy heart, Out of the Fur­nace, Black Mass), con Christian Bale y Rosamund Pi­ke a la cabeza del reparto, es un filme enorme que po­dría haber dirigido John Ford sin empacho. La refe­ren­cia cinematográfica de Centauros del desierto es clara. Aquí también hay una matanza abyecta, deseos de ven­ganza, dos culturas enfrentadas -la nativa y la conquistadora- y un largo viaje exterior e interior por el de­sierto del odio hasta alcanzar el hondón humano que en todo hombre reside, sea indio, vaquero o soldado.

En este caso, el Ethan Edwards de John Wayne es Jo­seph J. Blocker (Christian Bale), un legendario capitán del ejército -famoso por sus campañas implacables contra los indios y que ha visto a demasiados de sus hombres morir de la forma más sanguinaria- que es obligado por orden presidencial a acompañar a un moribundo jefe de guerra cheyenne y a su familia de regreso a las tierras de su tribu. Estamos en 1890 y la presencia de los na­ti­vos americanos en Estados Unidos da sus últimas bo­queadas. Juntos tendrán que atravesar las montañas de Nue­vo México donde encontrarán a Rosalee Quaid, una jo­ven viuda (extraordinaria Rosamund Pike, en un es­tado psíquico límite), cuya familia ha sido asesinada por los comanches, que se une a la comitiva.

Cooper recoge lo mejor del género con actores mara­vi­llosos, una dirección de fotografía espectacular de Masanobu Takayanagi (qué pena no disfrutarla en panta­lla grande) y una banda sonora eficaz de Max Ritcher (Shutter Island, The Leftlovers, Vals con Bashir), y le apli­ca los gustos contemporáneos de forma que contrapone escenas crudísimas de violencia extrema y un tono de­cadente, como marcha fúnebre de los estertores del je­fe indio y de su raza, a la compasión que la delicada si­tuación del personaje de Pike despierta y despliega entre todos, en especial el capitán, un tipo hastiado y curtido en mil batallas, que también tiene algo del George Briggs que protagonizara Tommy Lee Jones en The Homesman.

Revista monográfico nº 4: Western

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