Ilegal

Ilegal: La tele sí que manda…

Ilegal | En los últimos años hemos asistido en España a una asimilación de los lenguajes narrativos americanos por parte de la industria cinematográfica española. Con sutiles disonancias artísticas, se han estrenado en nuestras salas filmes realizados aquí, con una factura que nos remite a la meca del cine: Los otros, La caja 507…

El último ejemplo de esta españolización de lo americano la hallamos en Ilegal, ópera prima del documentalista Ignacio Vilar. Basada en el documento gráfico Polizones, la obra del director gallego se adentra en la problemática de la inmigración ilegal, de las mafias que la rodean y de la posición que han adquirido los medios de comunicación en dicho terreno.

Con un arranque prometedor, Ilegal se introduce en las luchas de poder entre las cadenas de televisión para plantearse y plantearnos dónde termina el interés informativo y empieza el morbo y la lucha por el protagonismo individual y el vedettismo informativo. Pero, tras media hora de visionado, se hace patente un grave problema de fluidez. Las escenas se conectan a través de la pura coincidencia, apartando el largometraje de su género inicial, el thriller, y arrastrándolo al territorio de la comedia de situación, un giro no intencionado que daña seriamente la credibilidad de la película.

El guión de Ilegal también respira la presencia de una fuerte influencia hitchcockiana, con una asimilación más que obvia de la trama argumental de Con la muerte en los talones: un hombre recibe el mensaje equivocado, lo buscan para asesinarle, aparece una femme fatale que se redime… por no hablar de la búsqueda constante del humor made in Hitchcock.

Si bien es cierto que el film patina y se desliza hacia otros derroteros que difieren de los planteados en origen, no se empaña la cuidada producción de una película que ha intentado abrir, con el tono descarnado de algunos documentales, la caja de los truenos para preguntarse sobre el papel y la responsabilidad social de los medios de comunicación. Cuestiones como el interés informativo, el desprecio por la vida humana y la apelación al morbo se pasean por una película irregular.