Incierta gloria

Incierta gloria: Un nuevo aguafuerte de Villaronga

· Incierta gloria: En medio de la desesperanza y la tristeza, hay personajes de carne y hueso, con pasiones humanas, con dilemas morales, con creencias sólidas.

Incierta gloria es, en mi opinión, la mejor película de Agustí Villaronga. Reconozco que el cineasta catalán tiene personalidad al rodar y un admirable sentido estético, pero su obsesión por adentrarse en los terrenos más sórdidos de las relaciones humanas me terminan alejando de su cine. Hasta ahora, Pa negre era la única excepción a esta regla de alejamiento.

Incierta gloria ha conseguido acercarme un poco más al cine de Villaronga. La película es la adaptación de la novela homónima de Joan Sales y cuenta el dramático triángulo de atracción y deseo que se establece, en plena guerra civil española, entre dos amigos que luchan en el bando republicano y una enigmática viuda. La historia es muy «Villaronga»: oscura, triste, desesperanzada y tremendamente extrema; especialmente en un final que deja roto al espectador.

Pero, en medio de esa negrura, hay personajes de carne y hueso, con pasiones humanas, con dilemas morales, con creencias sólidas. A pesar de la sordidez de algunos comportamientos hay rasgos de amistad, de lealtad y de heroísmo. La amalgama está bien contada a través de unos diálogos algo literarios pero que tienen fuerza.

Es decir, sin dejar de ser una obra tremendamente trágica, hay algo en la historia que hace que la película respire. Además, Incierta gloria puede presumir de unas magníficas interpretaciones (todo el reparto está impecable) y un respeto exquisito por los aspectos formales de la cinta. En este sentido, destaca la cuidadísima fotografía de Josep M. Civit.