Irresistible: Mentira tras mentira

Uno de los fallos de Irresistible es que la más breve de las sinopsis cuenta más de tres cuartos de la película. Es decir, el espectador medio que acuda a verla -no desvelo nada, lo dice la publicidad- sabrá ya que Susan Sarandon es una brillante ilustradora en horas bajas convencida de que una compañera de trabajo de su marido está empeñada en arruinar su matrimonio, su carrera y su familia.

La australiana Ann Turner se estrena con un thriller en la línea de Misteriosa obsesión, La mano que mece la cuna o Plan de vuelo: desaparecida. Con sus matices -porque estos títulos dan lugar a productos diferentes no sólo en calidad sino en cuanto a género- el punto de partida es el mismo: protagonista (suele ser mujer) traumada a la que le pasan cosas extrañas mientras el resto de los personajes -y de paso el espectador- se pregunta si lo que está viendo es real o fruto de una paranoia.

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Normalmente, este dilema se resuelve pronto y el filme sigue su curso como cinta de terror, de acción, ciencia ficción, etc. Para armar estas películas se trampea un poco con el guión y se intenta establecer un pacto con el espectador, algo así como: «sí, te estoy engañando, pero disimula, que en el fondo te lo estás pasando bien».

El problema de Irresistible es que el dilema sobre la locura o no de la protagonista se alarga prácticamente hasta el final y para mantener la tensión -artificial- no sólo miente el guión (lo del doble final es para nota), sino que tiene que hacerlo la cámara, los decorados y hasta los actores (aquí el pobre Sam Neill, poniendo cara de marido abnegado y cínico crápula a la vez, se lleva la peor parte). Sólo el esforzado trabajo del sólido reparto salva una película que, a pesar de todo, es un producto menor, casi un telefilm de sobremesa.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Martin McGrath
  • Montaje: Ken Sallows
  • Música: David Hirschfelder
  • Duración: 103 min.
  • Público adecuado: +18 años (VXD)
  • Distribuidora: Eurocine
  • Australia, 2006
  • Estreno: 15.12.2006
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