Jacuzzi al pasado

Jacuzzi al pasado: Retorno al desmadre

Adam, Nick y Lou, son tres cuarentones inmaduros e insatisfechos con sus mediocres vidas. Cuando comienza la película Lou está en un hospital, tras un intento de suicidio. Para animarle Adam y Nick le proponen un viaje al idílico refugio de montaña donde se desmelenaron veinte años antes: drogas, sexo, música y jacuzzi.

Allá va el trío, acompañado de un joven sobrino de Adam, llamado Jacob, un gafotas sin amigos, que no ve más allá de la pantalla del ordenador. Nada más llegar ven que la realidad no corresponde a sus recuerdos, todo está viejo y decrépito. Pero tras una inmersión en el jacuzzi se produce un cambio pasmoso, han retrocedido en el tiempo y están donde estaban veinte años antes. No van a recordar aquellos días, van a vivirlos otra vez, por primera vez.

Otra de esas comedias gamberras que proliferan en Estados Unidos, destinadas a un público incondicional, principalmente masculino, que tiene la risa fácil y le encanta el humor escatológico. Hay grosería y zafiedad, pero el guión supera la media de los productos que hacen los imitadores de los hermanos Farrelly (Pegado a ti). La idea del viaje en el tiempo da juego, provoca muchos guiños a los años ochenta, a los que mira con cariño, y de los que también se ríe amablemente. Además hay chistes ingeniosos y situaciones divertidas y, aunque el director se atasca a veces, logra llevar su historia a buen puerto.

También hay un afán de ridiculizar aquel desmadre sin sentido del grupo y pondera la importancia de la familia y de la amistad. Tal vez sea una operación de marketing destinada al público cuarentón norteamericano, o una manera de jugar a dos bandas, «te divierto con el desmadre, pero luego tienes que escuchar la moraleja»; pero no es menos cierto que libra su mensaje.

▲ Algunos buenos gag.

▼ Demasiado soez.