Japanese story: Amor desértico

Toni Collette (Sidney, 1972), a la que recordamos por títulos como La boda de Muriel o El sexto sentido, parece haber encontrado su sitio en el género melodramático; en esta ocasión da vida a Sandy Edwars, una joven australiana que intenta vender un software que ha desarrollado sobre geología a un hombre de negocios japonés, Hiromitsu (Gotaro Tsunashima). Juntos emprenden un accidentado viaje a través del desierto de Pilbara.

La australiana de 50 años Sue Brooks, directora de esta road movie, profundiza en los sentimientos humanos acentuando su soledad y apatía dentro del desierto. Sandy e Hiromitsu se dejan llevar hacia una poco creíble historia de amor, marcada por las fuertes diferencias culturales, y subrayada por una incesante melodía que, a modo de leit motiv, recuerda cuál es el sitio de cada uno de ellos.

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El personaje de Sandy contagia al público todo un abanico de sensaciones, y le ha valido a Toni Collette el reconocimiento tanto de la crítica como del público australianos, pero la interpretación queda truncada por la exagerada falta de feeling entre los dos protagonistas. Da la impresión de que al querer exprimir al máximo el papel de la Collette, han descuidado el personaje de Hiromitsu y la relación entre ambos no termina de funcionar.

Japanese story es una película que está rodada en primeros planos, que le confieren un aire intimista a la historia. La fotografía aporta al aspecto exterior del filme el contexto perfecto en el que encajar la historia que podría haber sido Japanese story, que ha montado un verdadero galáctico, el australiano de 56 años Jill Bilcock (Romeo y Julieta, Moulin Rouge, La luna en directo, Camino a la perdición). La película logró 8 de las 10 candidaturas a los premios del Australian Film Institute.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Ian Baker
  • Montaje: Jill Bilcock
  • Música: Elizabeth Drake
  • País: Australia  
  • Año: 2003
  • Distribuidora: Lola Films
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