Justicia artificial: Dilema moral
· Crítica de Justicia artificial | Estreno 13 de septiembre de 2024.
· Aunque podría haber dado más, el planteamiento es impecable, la trama es creíble y está bien planteada; tiene buena factura y buen ritmo.
La acción transcurre en un futuro muy próximo. No más de diez o veinte años. La trama es de rabiosa actualidad: una empresa de alta tecnología ha desarrollado un programa que podría remediar la mayoría de los problemas de la justicia. Ofrece aplicar la ley con rapidez y eficacia, desatascar tribunales incapaces de dar salida a miles de expedientes atrasados. El sistema contaría con la ayuda de sistemas expertos (Inteligencia Artificial), capaces de atender procesos complejos y de analizar las expresiones faciales, mirada, voz, etc., de los declarantes en litigios. Tendría además una fenomenal base de datos y referencia a su alcance en menos de un segundo. La empresa asegura además que una de las ventajas de su sistema es trabajar sin presiones de tipo ideológico, político o económico, es decir, los ciudadanos serán iguales ante la ley, tal vez por primera vez en la historia.
La acción comienza con el anuncio del gobierno español de un referéndum para aprobar el sistema de Inteligencia Artificial en la Administración de Justicia. A favor del «sí» al nuevo sistema se encuentran el Gobierno y la empresa que ha desarrollado el algoritmo de Justicia artificial. En campaña por el «no» estaría la carrera judicial, que defiende el carácter humano de la justicia. Carmen Costa, protagonista de esta película, juez independiente, ocuparía una posición intermedia. Al comienzo de Justicia artificial Alicia Kóvack, creadora del sistema, desea hablar con la juez, pero fallece en un accidente antes de poder reunirse con ella. La cinta sigue el empeño de Carmen Costa por aclarar la muerte de Alicia Kóvack y por descubrir si, en su opinión, merece la pena utilizar el sistema electrónico para la aplicación de la justicia en España.
Justicia artificial, primer largometraje de ficción en pantalla grande de Simón Casal, desarrolla con una trama apañada una cuestión que planteó hace dos años en un programa especial de 51 minutos llamado Artificial Justice: ¿Debemos acudir a un algoritmo para que la justicia sea eficaz, rápida e independiente de injerencias políticas, económicas o ideológicas? En esta película resuelve. Independientemente de su veredicto, la mayoría de las preguntas y problemas están bien planteados. Además, pone en evidencia la importancia para una nación de un poder judicial independiente.
Justicia artificial es una película pequeña muy bien apañada. El planteamiento es impecable, la trama es creíble y está bien planteada; tiene buena factura y buen ritmo. Simón Casal, consciente de los medios a su alcance, no ha querido complicar la historia. Ofrece al espectador una trama sencilla, bien planteada y bien resuelta. Está claro que con más medios Justicia artificial podría haberse convertido en el gran thriller del año. Tal y como ha quedado la trama resulta demasiado simple; una serie de conflictos tremendos parecen resueltos con excesiva facilidad. También hay que reconocer que el guion es honrado. Lineal, pero sin agujeros ni gazapos. El discurso de fondo sobre justicia, politiqueo y libertad es sólido y atractivo. Las interpretaciones, sin alardes, son correctas. Se trata de una película que podría haber dado más, pero se ve bien.
Ficha Técnica
- Dirección: Simón Casal,
- Guion: Víctor Sierra, Simón Casal,
- Intérpretes: Tamar Novas, Verónica Echegui, Xabier Deive, Alberto Ammann, Afonso Pimentel, Lucia Moniz, Alba Galocha, Ledicia Sola,
- Fotografía: Diego Cabezas
- Montaje: Irene Blecua
- Música: Sofia Oriana Infante
- Duración: 98 min.
- Público adecuado: +12 años
- Distribuidora: A Contracorriente
- España, Portugal, 2024
- Estreno: 13.9.2024