· Crítica La bala perdida | Estreno 19 de junio de 2020.

· La película tiene un presupuesto muy reducido y alguna coreografía es de risa (o de bofetada), pero Pierret demuestra que tiene buen pulso.

Crítica La bala perdida: Adrenalina al volante

La bala perdida cuenta la historia de Lino, un virtuoso mecánico capaz de hacer maravillas en el garaje con un destornillador y un soplete. En las primeras escenas le vemos «arreglar» un Clío y no solo hacer un alunizaje en una joyería blindada, sino de atravesar todo el edificio. Arrestado, un policía lo saca de la cárcel para que le ayude a mejorar su parque móvil e  interceptar cargamentos de droga. Lino se reforma en su nuevo trabajo y las cosas le van bien hasta que alguien lo considera el cabeza de turco ideal para acabar con la unidad especial antidrogas.

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Thriller francés correctito y sin pretensiones, pero buen vehículo para que Guillaume Pierret, director novel, dirija su primer largo en un género que no es fácil. El guion es arquetípico y los personajes también, con un hiperactivo Alban Lenoir (La mujer que sabía leer). La película tiene un presupuesto muy reducido y alguna coreografía es de risa (o de bofetada); pero Pierret demuestra que tiene buen pulso y que es capaz de interesar al público y mantenerle entretenido durante hora y media, lo que no es nada baladí.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Morgan S. Dalibert
  • Montaje: Sophie Fourdrinoy
  • Música: André Dziezuk
  • Duración: 92 min.
  • Público adecuado: +12 años (V-)
  • Distribuidora: Netflix
  • Francia (Balle perdue), 2020
  • Estreno: 19.6.2020
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.