La cara oculta de la luna

La cara oculta de la luna: Viaje al interior

· La cara oculta de la luna | La historia no es nueva: la maldad de los empresarios, las intrigas corporativas, la ambición. Más interesante es la creación de algunos personajes basados en arquetipos.

El director alemán Stephan Rick, poco conocido en nuestro país, adapta un best-seller de Martin Suter (escritor afincado en España) que, al modo de los cuentos de los hermanos Grimm, denuncia la falta de humanidad de la sociedad moderna y la crueldad de abogados y empresarios.

El protagonista de la historia se llama Urs Blank, joven y brillante abogado que está a punto de firmar una importantísima fusión de empresas. A lo largo de su irresistible ascenso hacia el éxito destroza algunas vidas. Un día, con ayuda de unos alucinógenos, empieza a sentir remordimientos, su reacción será una huida hacia adelante cuyas consecuencias pueden ser desastrosas.

La historia no es nueva: la maldad de los empresarios, las intrigas corporativas, la ambición. Más interesante es la creación de algunos personajes basados en arquetipos. Jürgen Prochnow, que encarna al presidente de una farmacéutica, es un descarado Mefistófeles; la personalidad de Urs Blank está inspirada -y repetida hasta la saciedad- en un licántropo, para sugerir una maldad latente que puede salir a flote.

Es una triste realidad que esta fábula moral refleja una sociedad sin Dios, y que una serie de personajes sin esperanza se estrellan en conflictos morales que, mirando hacia el cielo, encontrarían una solución; tal como queda, vemos un afán por la introspección que no lleva a ninguna parte.

Tiene La cara oculta de la luna un par de excelentes actores, Moritz Bleibtreu y Jürgen Prochnow, pero destaca por su imagen. La fotografía ofrece una deliciosa pulcritud y una excelente calidad narrativa sobria y eficaz.