La clase: Lección magistral de cine y pedagogía

No hay duda de que el cine francés tiene una varita mágica para convertir en celuloide de primera el mundo educativo. El magistral documental Ser y tener de Nicolas Philibert, o la lúcida reflexión de Bertrand Tavernier en Hoy empieza todo, son sólo dos ejemplos recientes.

A partir de la novela «Entre les murs», del docente François Bégaudeau, el cineasta galo Laurent Cantet (Recursos humanosHacia el sur) hace una sensacional disección de un curso escolar en un instituto. La película fue recibida con entusiasmo en el pasado festival de Cannes, donde se llevó la Palma de oro.

Se entiende este premio porque los méritos de La clase no vienen sólo del interés de la novela, sino de los aspectos propiamente cinematográficos. A primera vista la originalidad de la cinta es nula, cuenta lo que cuentan la mayoría de las películas actuales sobre educación: un profesor enfrentado a un grupo multirracial de adolescentes, indisciplinados y, en general, poco interesados en que les eduquen. Al profesor le acompaña un cuerpo de docentes algo desmotivados y le “ponen la zancadilla” unos padres dispuestos a defender la inocencia de sus retoños por encima de cualquier evidencia. La maestría de la novela -que Cantet ha sabido reflejar en la pantalla- es que, ante este panorama conocido, aporta unas ideas en parte sabidas y en parte curiosamente novedosas (precisamente por su, puede llamarse, antigüedad o tradicionalismo). En este sentido sorprende la defensa que hace el docente de una mezcla extraña: acercamiento, apertura hacia los alumnos y fe en el diálogo y, al mismo tiempo, disciplina, autocontrol e incluso castigo. Sorprende también, en un género tan tendente al estereotipo y la moraleja, la complejidad de los personajes y una decidida falta de adoctrinamiento: no estamos ante dogmas, sino ante métodos que pueden resultar más o menos eficaces. Estas ideas se despliegan en la pantalla a través de una fluidísima conversación -quizás una clase- que dura lo que dura la película. Habrá quien se canse de tanta conversación, pero lo que no hay duda es que los temas que La clase pone sobre el tapete tienen fuerza.



La realización es magistral. Como no hay escenas fuera de los muros es la cámara la que observa, espía y termina explicando cuando el profesor se queda sin argumentos. Los actores no son profesionales, empezando por el protagonista que es el propio Bégaudeau (que además ha coescrito el guión). Los alumnos son los 25 chicos -de 50- que fueron capaces de llegar hasta el final de un curioso proyecto, mitad rodaje, mitad verdaderas lecciones. En ningún momento leyeron el guión; quizás ésta es la causa de la rabiosa naturalidad que tienen las interpretaciones, las peleas, los silencios secos y breves para volver… al pulso dialéctico.

Una pega: dudo que la versión doblada tenga la fuerza que la original, entre otras cosas porque hay algunos largos diálogos sobre la lengua coloquial y escrita que se diluirán al traducir, como se diluye el impacto de un título como Entre les murs por el anodino y soso La clase.

Ficha Técnica

  • País: Francia (Entre les murs, 2008)
  • Pierre Milon
  • Robin Campillo
  • Golem
  • 128 minutos
  • Jóvenes
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