La escurridiza, o cómo esquivar el amor: Teatro escolar

La escurridiza, o cómo esquivar el amor | Alumnos de un instituto en un barrio obrero del extrarradio de París, en su mayor parte de origen norteafricano, ensayan la obra de Marivaux Juegos de amor y fortuna. Krimo, apático y soso, se enamora de Lydia, un estallido de vitalidad.

Inteligente cine social del tunecino Kechiche, de gran frescura e intensidad, especialmente en las interpretaciones, con dos actrices jóvenes, Sara Forestier y Sabrina Quazani, verdaderamente deslumbrantes. Gran triunfadora de los premios Cesar 2005 del cine francés: mejor película, director, guión y actriz revelación. Con todo merecimiento, porque se trata de una película de mucho más nivel que Los chicos del coro o Largo domingo de noviazgo.

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Desde el punto de vista narrativo, L’esquive es verdaderamente brillante, aunque ciertamente le sobran 20 minutos. Cabría reprocharle que ocurren pocas cosas, pero objetar en esa línea supondría no haber entendido la película, ni los planteamientos del director. Es una historia de barrio, perfectamente coherente con sus planteamientos, aunque ciertamente cabe sospechar que los chicos y chicas de la película se abrirán camino en la vida de muy distinta manera. En el futuro -que la película no cuenta- la formación cultural (lo del teatro es una bella metáfora) será determinante en la trayectoria de cada cual. Se percibe un guiño de complicidad y agradecimiento con tantos profesores empeñados en impedir que se hunda la enseñanza de las Humanidades. También quedan claros los devastadores efectos de la telebasura, de tanto programa estúpido con gente estúpida que parlotea sobre estupideces.

Ficha Técnica

  • País: Francia (L’esquive, 2005)
  • Fotografía: Lubomir Bakchev
  • Montaje: Ghalya Lacroix, Antonella Bevenja
  • Distribuidora: Notro
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