La excavación

La excavación: Había más tesoro por descubrir…

· Con una música agradable y una dirección de arte muy elegante, esta película británica tiene casi todos los componentes del gran cine.

Basada en una historia real, La excavación cuenta el descubrimiento de restos funerarios en Sutton Hoo, en unas tierras olvidadas de Suffolk (Inglaterra) en 1939. La propietaria es Edith Pretty, una joven y rica viuda que contrata a Basil Brown, un excavador sin estudios académicos pero con la sabiduría de la experiencia.

Con una música agradable y una dirección de arte muy elegante, esta película británica tiene casi todos los componentes del gran cine. Para empezar, los actores protagonistas siempre convencen y suelen acertar con los personajes que eligen. Junto a ellos hay una docena de intérpretes entre los que destaca Lily James, una de las actrices más prolíficas de los últimos años (Cenicienta, Yesterday, Baby Driver).

Pero aquí empiezan los problemas derivados del guion y la novela original de John Preston. En ambos casos, hay escasa profundidad en los conflictos presentes en la historia: la permanencia de una vida después de la muerte y la capacidad de un amor perdurable y verdadero. Esa crisis matrimonial entre los personajes de Ben Chaplin y Lily James es primaria y maniquea, muy diferente en profundidad a la relación de amistad que bordan Carey Mulligan y Ralph Fiennes.

La excavación es atractiva y mantiene un ritmo narrativo notable gracias a los actores y algunos giros muy medidos. El primerizo director Simon Stone logra algunos planos de bellísima composición que hacen amable el visionado. Con un guionista más atrevido, con una lectura más inteligente de la novela de John Preston, la historia podía haber llegado mucho más lejos. Aun así, es el sino habitual de las películas más interesantes que ha estrenado Netflix en los últimos tiempos.