La grandeza de vivir

La grandeza de vivir: Gran reparto para pequeño cuento navideño

Se acerca la Navidad y la joven y despreocupada Ellie Harris, a regañadientes -pero agradecida porque necesita dinero-, va a trabajar a la residencia de ancianos que dirige su seria y responsable hermana Kate. Ellie, joven liberal, choca frontalmente con cuatro residentes especialmente gruñones, apodados el núcleo duro: dos hermanas solteronas, un juez viudo y una antigua diva que no deja de recordar su pasado artístico y ahoga sus penas en martinis. En vísperas de Nochebuena la mayoría de los internos va a pasar las vacaciones en familia, al igual que el personal de la residencia. Sólo quedan Ellie, Kate y los cuatro cascarrabias. La Nochebuena se anuncia difícil, pero será peor cuando Kate tenga que partir a cuidar a su madre enferma, y deje a Ellie sola con los cuatro residentes.

La grandeza de vivir es una pequeña fábula irlandesa, previsible y sin pretensiones; pero tiene algo que permite verla con agrado y que hace decir al final «no está mal». Inspirada en un simpático cuento de la escritora irlandesa Maeve Binchy, tiene un reparto extraordinario para una película de estas características: Vanessa Redgrave, Brenda Fricker, Imelda Staunton y Joss Ackland en el papel de cascarrabias, la joven Hayley Atwell (Cassandra’s Dream) en el de su cuidadora. Tiene momentos entrañables, escenas cómicas y conmovedoras a la vez, y el obligado mensaje navideño que invita a pensar en los demás y desarrollar los buenos sentimientos. Los personajes aprenden unos de otros y mejoran.

- Anuncio -

Nada nuevo, pero está bien realizado. Sólo cabe preguntarse por qué Ellie tiene que enfrentarse a los problemas con un porro.

▲ Su sencillez y ausencia de pretensiones.

▼ ¿Por qué una apología del porro en este contexto?