La hermana del novio

La hermana del novio: Otra boda, otra crisis de los 40

· Crítica de La hermana del novio | Estreno 28 de marzo de 2021 en Movistar+.
· Alicia Silverstone es de lo mejor de la película. Consigue que el espectador pueda entender y vivir con ella la confusión en la que se ve metida.

Segunda película de Amy Miller Gross, quien dirigió en 2018 Accommodations, cinta que tenía también como protagonista a una mujer que necesitaba encontrar el sentido de su vida.

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Audrey, aparentemente, está felizmente casada con Ethan. Ambos participarán en la boda del hermano de ella pero, lo que se prometía como un tranquilo fin de semana familiar, se convertirá en catalizador de una historia de aceptación personal.

En una lectura superficial podría parecer que la película trata de una mujer descontenta con la persona que su hermano ha elegido para casarse, pero La hermana del novio es más. Me atrevería a decir que plantea de modo bastante claro lo que se suele llamar «crisis de la mediana edad». La película, que se desarrolla en un intenso fin de semana, plantea muchos temas potentes -el matrimonio, el amor, el sexo, las drogas- de un modo que resulta en demasiadas ocasiones superficial. Sin embargo, el final abre una puerta a la esperanza y parece que la protagonista consigue enderezar el rumbo y asumir de un modo más realista su edad, su físico y las elecciones que ha tomado a lo largo de su vida.

Alicia Silverstone (The Crush, Alex Rider: Operación Stormbreaker, Batman & Robin) es de lo mejor de la película. Consigue que el espectador pueda entender y vivir con ella la confusión en la que se ve metida, con una avalancha de emociones que no sabe cómo gestionar. Su pareja en el filme, Tom Everett Scott (The Wonders, La La Land) funciona como un creíble marido que intenta salir al paso de las dificultades de su mujer pero que muchas veces no sabe cómo hacerlo.

De todos modos, los personajes elegidos por Miller Gross pueden resultar estereotipados y el espectador puede tener la sensación de que no se está acertando con el tono de la película, porque la balanza no se acaba de inclinar ni hacia el drama ni hacia el humor. Además, el ritmo se hace en ocasiones lento y, aunque la película dura solo una hora y media, parece que hubiera ganado eficacia narrativa si se hubieran recortado veinte minutos.