La intérprete: Convención de guionistas

Sydney Pollack (Lafayette, Indiana, 1934) dirige su vigésimo largometraje, un thriller bastante convencional que tiene como principales reclamos la pareja protagonista y la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, donde se han rodado algunas secuencias.

Silvia Broome (Nicole Kidman), una intérprete nacida en África, escucha la amenaza de muerte contra un presidente africano que está a punto de hablar en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Un agente del FBI (Sean Penn) tendrá que encargarse de aclarar el asunto mientras atraviesa una situación personal marcada por el dolor.

Pollack, formado en la TV, se estrenó en el cine en 1965. Su trayectoria no es especialmente brillante pero hay que reconocerle una pericia artesanal más que contrastada. La intérprete -como ya ocurría en Caprichos del destino, su anterior película- tiene un guión con muy poquita sustancia, en el que quizás por eso, para proporcionarle más mordiente, han metido mano nada menos que tres guionistas, dos de ellos bastante cotizados: Steven Zailian (La lista de Schindler, Misión: Imposible, Gans de Nueva York), Scott Frank (Minority report, Un romance muy peligroso, El vuelo del Fénix) y Charles Randolph (La vida de David Gale).

Verdaderamente para los espectadores del ancho mundo la cosa de las hermosas «testigas protegidas» por polis maduros pero resultones tiene menos secretos que la carretera de La Coruña para un vecino de Villalba. Nos sabemos de memoria las estaciones en las que va parando una relación impuesta entre el poli y la testigo, del gesto estirado y altanero al compadreo y la intimidad. Sean Penn no hace nada nuevo, pero aprueba con buena nota porque cada vez que mira a cámara parece decir que no tiene el menor problema con sus 45 años. En cambio, a Nicole Kidman (37), buena actriz donde las haya, me parece que le perjudica bastante su empeño -o el del director de fotografía- por mostrarnos lo bien que le va su crema facial de acción mixta antiarrugas e hidratante efecto culito de bebé.

Los adornos de la trama africana, la parafernalia de la ONU, las zonas oscuras del pasado de la intérprete, un par de apuntes de relaciones con la compañera del FBI, intentan de mil maneras y con escaso éxito insuflar interés, tensión, profundidad y emoción a una historia previsible y artificiosa con unos personajes que transpiran poco y huelen intensamente a lápiz y goma de borrar. Teniendo en cuenta el panorama, hay que reconocer que Pollack logra salvar los muebles, cosa que no está mal, pero que tampoco está bien. Total.

Ficha Técnica

  • País: EE.UU. (The Interpreter, 2005)
  • Fotografía: Craig Haagensen
  • Montaje: William Steinkamp
  • Música: James Newton Howard
  • Distribuidora: UIP
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