La isla de Bergman

Chris y Tony, una pareja de cineastas estadounidenses, se retira a la isla de Fårö, en Suecia, donde vivió y rodó varias de sus películas Ingmar Bergman. Buscan inspiración para sus próximos largometrajes. Además de escribir, aprovechan para ver diversas cintas del director sueco, para explorar su vida, para visitar lugares donde se realizaron algunos de sus filmes. A medida que el tiempo pasa tendrán ocasión de examinar las dificultades creativas que experimentan, y su propia relación como pareja, conjurada como si de una película de Bergman se tratara.

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La guionista y directora francesa Mia Hansen-Løve ha realizado una película bastante biográfica, haciendo de Chris y Tony sosias de ella misma y del cineasta Olivier Assayas, que fue su pareja largos años. La isla de Bergman rinde un sentido homenaje al cineasta sueco a quien reconoce los méritos pero no pone en un pedestal, ni mucho menos. Y sin embargo su influencia es evidente.

Mia Hansen-Løve tiene mucho talento pero, es cosa mía, siempre me deja con la impresión de que una buena idea que arranca de maravilla, luego se queda corta. En esta ocasión también. Cierto que se ha metido en un proyecto complejo: la creación artística, la relación de pareja y Bergman. Alusiones, guiños, cine dentro del cine, cine-verité, los temas de Bergman… abarca mucho, consigue mucho, el arranque es brillantísimo, sugerente, amable, y el tramo final es confuso –bergmaniano-, realidad y ficción se funden, y algo zafio.

Vicky Krieps es una Chris perfecta; Tim Roth es grande y da gusto volverle a ver, aunque su papel sea casi secundario.