La joven del agua

La joven del agua: Un cuento para dormir

Hace un año M. Night Shyamalan estrenaba Lady in the water en Estados Unidos recaudando apenas 8 millones de dólares en Norteamérica y casi 40 en todo el mundo. Acostumbrado a que el público responda masivamente a sus películas (hay que recordar que El sexto sentido acumuló 290 millones de recaudación total, Señales 230 y El bosque 115), es evidente que el 2006 no ha sido un buen año para este director de origen indio. Para colmo, La joven del agua fue una de las cintas más nominadas en los premios Razzies (los anti-Oscar), donde «competía», entre otras categorías, como peor película del año.

Es relativamente fácil que la original narrativa y estética de Shyamalan desconcierten al espectador medio, acostumbrado a que le cuenten de la misma manera historias que ha visto más de cien veces. Tal vez por esto Shyamalan siempre ha cuidado con mimo los contenidos extras que incluye en los DVD de sus películas, como un medio de comunicación con los espectadores que salen de sus películas con sensación de haberse perdido algo. Si los extras de El bosque ya fueron brillantes, en La joven del agua son una ayuda esencial para comprender mejor la calidad de esta sensacional película, rodada e interpretada a la altura de las obras maestras del cine.

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Génesis y declaraciones

En el reportaje «Un cuento para antes de irse a dormir», Shyamalan narra la génesis de La joven del agua. Una noche, el director comenzó a contar a sus hijas la historia de una ninfa que aparecía misteriosamente en la piscina. Lo que en principio era un relato breve comenzó a desarrollarse ante las preguntas de sus hijas: ¿Y de dónde viene? ¿Por qué aparece en la piscina? ¿Puede salir del agua?

Además de esta explicación sobre el cuento, que en principio escribió Shyamalan y luego trasladó a la película, destacan las declaraciones del genial director de fotografía Christopher Doyle (de sobra acreditado en películas anteriores como In the mood for love o Hero), o del ya tradicional compositor de Shyamalan, James Newton Howard, culpable de una de las bandas sonoras esenciales de los últimos años (El bosque), y que en La joven del agua da el tono justo de emoción y magia que necesita la película.