La llamada

Versión cinematográfica del musical creado por Javier Calvo y Javier Ambrossi, con un cuarteto de ac­trices soberbias

La llamada

La llamada: Lo hacemos y ya vemos

· La llamada habla -nada más y nada menos- que de la vocación. De un proceso sumamente complejo e ín­timo que toca de lleno en la identidad de una persona y que configura toda su existencia.

No es fácil criticar un musical que, antes de convertir­se en película, llegó a ser un fenómeno teatral. Me explico: La llamada es la idea loca de un par de jóvenes –Javier Calvo y Javier Ambrossi– que pidieron un hall de un teatro para representar una obra pensada para lu­cir a una joven actriz (Macarena García, hermana de Ja­vier Ambrossi).

La llamada -como confiesan los dos Javieres– se fue es­cribiendo a golpes de improvisación. Hay una escale­ra en el hall… pues puede bajar Dios y, ¿cómo baja? Can­tando una canción de amor, ¿y cuál? I will always lo­ve you. ¿Y por qué? Porque es una canción de amor su­bli­me. ¿Y por qué no sigue cantando Dios canciones de Whitney Houston? Pues adelante y, ¿por qué, ya que es­tamos, no hacemos un musical? Lo que empezó como un experimento teatral fue creciendo y se convirtió en un musical multipremiado que contaba la llamada de Dios que recibe una joven en un campamento de verano que organizan unas monjas. La joven en cuestión, más que monja, soñaba con ser estrella del electro latino. Pe­ro, al fin y al cabo, Dios le ha llamado cantándole can­cio­nes de Whitney Houston, así que, por qué no de­cir­le que sí. En cualquier caso, el lema de la joven y de su inseparable amiga es «lo hacemos y luego ya vemos».


Decía que no es fácil criticar esta película porque no es fácil escribir sobre un producto tan espontáneo, volá­til, superficial y festivo… que trata sobre un tema religioso. La llamada habla -nada más y nada menos- que de la vocación. De un proceso sumamente complejo e ín­timo que toca de lleno en la identidad de una persona y que configura toda su existencia. Un proceso que ade­más, en este caso, se refiere a una realidad religiosa por­que la llamada no es de la ciencia, ni del arte, ni siquiera es una llamada a mejorar el mundo participando en una ONG… es una llamada de Dios que se enamora de una joven y que le pide una respuesta radical. Así. Sin paliativos.

La llamada (2017), de Javier Ambrossi y Javier Calvo

Hay que reconocer que no es el argumento más «vendible» ni el más actual y que esta sinopsis parece más apro­piada de una película religiosa o una vida de santos. Co­sa que La llamada no es, ni por asomo. Pero hay que re­conocer también que Calvo y Ambrossi -desde su óptica- cuentan bien este proceso. Se muestran respe­tuo­sos -a pesar de algunos clichés humorísticos que caen en lu­gares comunes y una cierta ridiculización de lo re­li­gio­so- y abiertos a un sentido espiritual de la vida. Otra co­sa es que esta apertura esté tan pegada a una sen­sibilidad y cultura actual -muy alejada de la fe y de la bús­queda de la Verdad- que a muchos espectadores les re­­sulte absurda e incluso ofensiva.

Dicho con otras palabras, hay tal batiburrillo y mezcla de ideas, mensajes, visiones sobre la persona, el amor o so­bre Dios que la película termina siendo un todo vale… pa­radójicamente bastante reductivo. Es el «lo hacemos y ya vemos» que sirve como llamada a la libertad, a hacer lo que uno quiere hacer en conciencia, a no inmiscuirse en las decisiones del vecino aunque no las comparta, a la necesidad de elegir… pero que no da mucha respuesta a temas como el compromiso, la lealtad a la palabra da­da o la necesidad de tener convicciones… y no solo sensaciones. En cualquier caso, bienvenido sea el esfuerzo de adentrarse en estas complejas cuestiones que muchos fi­lósofos y teólogos han rehuido.

Al margen de estas reflexiones, desde el punto de vis­ta cinematográfico, la película cuenta con un cuarteto de ac­trices soberbias y, aunque no tiene la magnífica pues­ta en escena que sí tenía el musical y que estamos ha­blando de un musical-parche con muy pocos temas propios, las can­ciones funcionan, tanto en su aspecto na­rrativo como en su misión de envoltorio lúdico y festivo.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Migue Amoedo
  • Montaje: Marta Velasco
  • Música: Leiva
  • Duración: 96 min.
  • Público adecuado: +16 años (X)
  • Distribuidora: DeAPlaneta
  • España, 2017
  • Estreno: 29.9.2017
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