La llave de Sarah: Buena historia, mal contada

La llave de Sarah | Francia está ocupada por los nazis. En 1942, la policía francesa se lleva a un velódromo de París a centenares de ciudadanos franceses. Su delito, ser judíos. Entre ellos, está la pequeña Sarah, de 10 años. En su casa, poco antes de que los detengan, Sarah ha escondido a su hermano pequeño.

Sesenta años después, una suma de casualidades hace que una periodista norteamericana entre en contacto con esa terrible historia.

Aun teniendo a una excelente Kristin Scott-Thomas, esta historia de una de las tragedias provocadas por el odio antisemita de las autoridades francesas de la Francia ocupada y de algunos desaprensivos que aprovecharon la situación para lucrarse, termina resultando agotadora por lenta, reiterativa y mal contada (esto queda en el debe de Gilles Paquet-Brenner). Los saltos en el tiempo logran dispersar la atención del espectador y quebrar el ritmo del relato, basado en la novela de Tatiana de Rosnay.

La Scott-Thomas.

El guión es agotador.


Gilles Paquet-Brenner  Serge Joncour, G. Paquet-Brenner  Pascal Ridao  Hervé Schneid  Max Richter  Kristin Scott Thomas, Mélusine Mayance, Niels Arestrup, Frédéric Pierrot, Michel Duchaussoy, Dominique Frot, Gisèle Casadesus, Aidan Quinn  Emon  111 minutos  Mayores de 16 (temática, violencia)

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