La oportunidad de mi vida

La oportunidad de mi vida: Gafe a la vista

En esta película, a la que no habría venido mal el título de Peligrosamente juntos, un prestigioso asesor matrimonial tiene un grave problema. Hay algo que le acompaña desde la infancia y que le impide mantener una relación duradera con una mujer. Es extremadamente gafe y cualquier mujer a la que ame, sufre los implacables acontecimientos de la mala suerte. Llega un momento en su vida en que tira la toalla, pero conoce a Joanna y ve en ella una nueva oportunidad.

La historia evoluciona correctamente gracias a la estructura de un guión sólido, sin enredos vertiginosos, con una trayectoria lineal con buena velocidad de crucero. Los secundarios cumplen y enriquecen el producto. Y termina el segundo acto, con un logrado segundo punto de giro capaz de revitalizar un motor bajo de revoluciones con sorpresas y emoción, aunque sea a costa de quitar fuerza al desenlace haciéndolo previsible.

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Los protagonistas funcionan bien y resultan graciosos, aunque en alguna ocasión la falta de química sea evidente. Virginie Efira interpreta un papel algo problemático resolviendo situaciones complicadas con bastante gracia.

Demaison empieza bien, dominando una interpretación en la que coinciden la esperanza, el chasco, la soledad, la felicidad y la frustración. Se agradecen los flashbacks que enriquecen la historia y nos acercan al personaje.

Cuche juega las cartas que tiene, que tampoco son nada del otro mundo, por lo que tiene que esforzarse por no acercarse a la sitcom televisiva, usando la fotografía de José Gérel para dar empaque al producto.

La oportunidad de mi vida se mueve entre la comedia americana y la francesa. Desentonan algunos gags groseros y facilones, muy vistos, más propios de una comedia gamberra adolescente.

Sergio Calleja

Lo mejor: El buen ritmo.

Lo peor: Algunos gags muy vistos.