La piedra de la paciencia

La piedra de la paciencia: Lamento en Afganistán

La piedra de la paciencia. La adaptación de la famosa novela se queda en una correcta película… y poco más.

Una mujer afgana cuida a su esposo, en coma después de que le atravesara una bala. Mientras trata de mantenerle con vida, la mujer hace lo que nunca ha hecho: contarle a su marido sus deseos, alegrías y frustraciones. Es una larga conversación interrumpida por bombas, asaltos, el cuidado de sus hijos y la necesidad de ganarse la vida como sea.

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Atiq Rahimi (Kabul, 1962) adapta al cine su propia novela, ganadora del Goncourt en 2008. Rahimi emigró a los 16 años a Pakistán, huyendo de su país invadido por los rusos, al cabo de un año se instala en Francia. Tras estudiar en La Sorbona, escribe libros y monta una productora de documentales y de anuncios publicitarios en París.

La historia que nos ocupa tiene un interesantísimo planteamiento y una magnífica interpretación de Golshifteh Farahanique sostiene la película prácticamente sola. Hay monólogos de gran intensidad que reflejan bien el ninguneo a la mujer en una parte de la sociedad y cultura islámicas. Sin embargo, esta crítica, al centrarse excesivamente en un aspecto de la vida de la protagonista –que además impulsa el culebronesco desenlace- hace que el discurso resulte reductivo y la película pierda fuerza. La realización audiovisual, muy plana, y la falta de tramas secundarias no ayudan a elevar la calidad de una cinta que, al final, resulta correcta y poco más.