La profesora de piano: Retrato de una ambición
Crítica La profesora de piano | En su opera prima el director alemán Jan-Ole Gerster hizo lo mejor que se puede hacer en un proyecto de carrera: narrar sobre algo conocido. Oh Boy trataba de un chico que abandona la Universidad y al que su padre le corta el suministro. Un joven solitario y perdido que vaga por Berlín y que podría ser él mismo.
En su segundo largometraje ha querido contar con el mismo actor que interpretó a Niko, Tom Schilling (La sombra del pasado), para encarnarse en un personaje bien distinto. Viktor es un joven músico, virtuoso, perfeccionista e inseguro que está a punto de hacer su debut como compositor bajo la gigantesca sombra de la aprobación de su madre, Lara, una profesora de piano frustrada que ha volcado sus deseos de éxito en la preparación de su hijo.
En su 60 cumpleaños y el día de su jubilación como funcionaria, Lara, interpretada por una fabulosa Corinna Harfouch -actriz alemana que aquí recuerda al personaje despreciable de Isabelle Huppert en la película de Haneke, La pianista-, es consciente de que está lejos de llevar una vida plena y de que no ha hecho otra cosa que amargar la de su marido, del que está separada, la de su hijo, y la de su propia madre. Y aunque la vida le ofrece alguna oportunidad, se niega a sí misma la posibilidad de intentar ser feliz. Por eso se debate entre celebrarlo precipitándose desde la ventana -no es spoiler, aparece en la primera secuencia- o presentándose, sin ser bienvenida, en el concierto de piano más importante de la carrera de Viktor.
Está claro que Gerster apunta maneras de retratista minucioso y, como hizo en su primer filme, sigue los pasos de sus personajes sin prisa, mostrando poco a poco sus propósitos. Y curiosamente tiene un efecto casi hipnótico, porque no podemos dejar de observarlos, también por su excelente interpretación. En ocasiones ha expresado que quiere retratar la sociedad en la que vive. En el caso de Lara, la ambición, la intolerancia al error, el peligro de la autoexigencia, el daño que puede infligir el autoritarismo en los hijos, la incapacidad de amar, la soledad.
Entonces, apostó por una evocadora fotografía en blanco y negro. Ahora elige los tonos beige y naranjas, donde adquiere protagonismo el abrigo de Lara, que actúa como una coraza de su fragilidad interior. Ese color habitualmente asociado a la juventud, felicidad y energía resulta chocante en el rostro afeado por la terquedad y la amargura. La disonancia de la banda sonora de ensayos de orquesta no hace otra cosa que reforzar la incomodidad y la falta de empatía que sentimos por este extraño personaje cuyo hermetismo va desvelándose poco a poco y por el que llegamos a sentir un atisbo de compasión.
Ficha Técnica
- Dirección: Jan Ole Gerster,
- Guion: Blaz Kutin,
- Intérpretes: Corinna Harfouch, Tom Schilling, Rainer Bock, Volkmar Kleinert, André Jung, Gudrun Ritter,
- Fotografía: Frank Griebe
- Montaje: Guillaume Guerry, Isabel Meier
- Música: Arash Safaian
- Duración: 98 min.
- Público adecuado: +16 años
- Distribuidora: Alfa
- Alemania (Lara), 2019
- Estreno: 17.7.2020