La suerte de los Logan

La suerte de los Logan: A lo Ocean’s pero sin glamour

· Steven Soderbergh vuelve a las andadas y realiza una nueva versión de robo complicado, casi una misión imposible, en una variante rural tirando a cutre.

Parece que la mala suerte persigue a los Logan: un accidente truncó la carrera profesional de Jimmy, que iba camino de convertirse en una estrella del fútbol; Clyde perdió la mano en la Guerra de Irak; su hermana Mellie, una belleza, es una simple peluquera cuya única aspiración es no ir a peor como sus hermanos. Cuando la historia comienza, Jimmy pierde su empleo y se entera de que su ex va a trasladarse a otro estado, alejándole de su hijita, a la que adora. Entonces se le ocurre un plan para conseguir el dinero necesario, un robo antológico durante una carrera de coches.

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Steven Soderbergh, que realizó Ocean’s Eleven y sus dos secuelas, vuelve a las andadas y realiza una nueva versión de robo complicado, casi una misión imposible, en una variante rural tirando a cutre. La falta absoluta de sofisticación y «glamour» constituye buena parte de su atractivo, tenemos a un cojo y un manco secundados por dos palurdos de pocas luces, y el premio a una misión complicada es una niña de siete años. Y la cosa funciona. No estamos ante una obra de arte, sino ante una película convencional, bien rodada, bien realizada, que se ve con agrado y que, sello de Soderbergh, cuenta con un reparto mejor de lo que una película de estas características exige: Katie Holmes, Katherine Waterston y Hilary Swank en papeles mínimos, Channing Tatum, Adam Driver y Daniel Craig en los papeles protagonistas. Está claro que sus personajes podían dar mucho más de sí, pero funcionan; son personajes arquetípicos en una historia arquetípica, y eso basta. Cabe señalar que la niña Farrah Mackenzie es muy fotogénica y se enfrenta a sus colegas adultos sin ningún problema.

El guion sigue el modelo al uso, tiene algunos gags realmente buenos, y un giro final sorprendente, como debe ser. La banda sonora es, de principio a fin, un homenaje a John Denver.

Una obra convencional lograda, entretenida y sin pretensiones.