La trampa del mal: El diablo se viste de Poirot

Desde que presentara El sexto sentido allá por el año 1999, M. Night Shyamalan siempre ha mostrado predilección por las historias paranormales. A través del terror o del thriller, el cineasta se ha movido en los parámetros de la extrañeza, con resultados desiguales.

Tras el vapuleo recibido por su largometraje más reciente, Airbender, el último guerrero, Shyamalan cede un argumento propio y el puesto en la dirección a una joven promesa. Con esta iniciativa, de la que además es productor, el estadounidense de origen indio presenta la primera entrega de una serie de historias de terror que ha ido esbozando en el transcurso de su carrera. Así, La trampa del mal se convierte en el arranque de un compendio de relatos englobados bajo el título The Night Chronicles, con los que el director de Señales rinde tributo, entre otros, a Agatha Christie.

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Brian NelsonHard Candy, 30 días de oscuridad– es el encargado de la escritura de un guión que gira en torno al encuentro entre cinco personas que se quedan atrapadas en un ascensor en una mañana cualquiera. El azar, la mala suerte o, quizá, una fuerza superior les hará enfrentarse a un mal que creían imposible. Relato de lucha entre el bien y el mal al más clásico estilo, el filme -empeñado en enmarcarse dentro de los vericuetos del horror- termina siendo un thriller en el que lo importante es el quién y no el cómo.

Con una dirección sencilla pero efectiva y un buen ritmo narrativo -ejecutados con habilidad por John Erick Dowdle-, La trampa del mal aguanta el tipo durante sus ochenta minutos de metraje pero no logra destacar. En este sentido, el filme parece más un episodio de larga duración de una serie para la televisión que una obra cinematográfica.

Aún así, la película corre algunos riesgos de los que sale airosa. Por una parte, trata de dotar a la trama con una dosis de realismo -como la escena en la que le intentan cerrar los ojos a un cadáver- y, por otro lado, huye de los cansinos efectivos sonoros tan habituales, por desgracia, en los filmes del género.

La trampa del mal es un thriller menor, que consigue mantener la atención del espectador a pesar de la pobreza inicial de su planteamiento. Con todo, los que busquen el sello inconfundible de  M. Night Shyamalan en este largometraje, saldrán de la sala decepcionados.

▲ El juego metafórico de la orientación espacial de los primeros y últimos planos del filme.

▼ La argucia de las herramientas.


La trampa del mal (Devil)

País: EE.UU. Dirección: John Erick Dowdle Guión: Brian Nelson Fotografía: Tak Fujimoto Montaje: Elliot Greenberg Música: Fernando Velázquez Intérpretes: Chris Messina, Geoffrey Arend, Bojana Novakovic, Logan Marshall-Green, Jenny O’Hara, Bokeem Woodbine, Jacob Vargas Duración: 80 min. Público adecuado: +16 años (Violencia incidental) Distribuidora: Universal Estreno en España: 4 de febrero de 2011

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