La última isla: Perdidos en la isla
La última isla | La historia navega entre el documental y la ficción, entre el relato de iniciación y el viaje del héroe, entre la comedia y el suspense. Demasiado oleaje.
La directora sevillana tenía un material que podía darle juego en su primer largometraje: la experiencia de los veranos que pasó de niña en la isla de El Hierro, repletos de aventuras imaginarias, contacto con la naturaleza y realismo mágico; pero en esa reivindicación del paraíso perdido, que es la infancia, le ha podido el didactismo, y ha escogido una historia muy trillada para explicar lo que los niños de la play station se pierden.
Alicia es una niña barcelonesa rica, consentida y caprichosa que, por razones poco justificadas, ha de pasar un verano en la remota isla canaria: sin agua corriente, sin electricidad y con una tía curandera, misteriosa, adusta y parca en palabras, por única compañía. La niña encuentra un contraste brutal entre su vida cómoda y urbanita y las austeridades de El Hierro, y llega bastante contrariada -no es para menos- pero, como podemos intuir, poco a poco irá descubriendo el país de las maravillas, sus excéntricos moradores y la secreta ligazón que une la isla con su madre.
La historia navega entre el documental y la ficción, entre el relato de iniciación y el viaje del héroe, entre la comedia y el suspense. Demasiado oleaje para Dácil Pérez de Guzmán y Lola Guerrero, más acostumbradas a documentales y tv movies. El arranque en el puerto y la llegada a El Hierro plantean cierta intriga que se ve lastrada por la abrupta intercalación -sin flashbacks ni recurso alguno- de imágenes del entorno cotidiano en Barcelona, obvias para el espectador, que ya ha calado a la niña. El primer acto se estanca, el segundo desarrolla una trama que intenta tomar velocidad, pero el tercero, con sus absurdos clímax y desenlace, hunde los esfuerzos.
El espectador -que tiene ganas de que le cuenten el cuento en ese entorno tan maravilloso- estaría dispuesto a pactar con la mente infantil de Alicia, pero ni la evolución de la niña, ni los limitados efectos especiales, ni las actuaciones -esas extrañas performances de Eduardo Velasco en su papel de Fermín/Fabián, el mutismo de la niña Mina, el cambio de la tía Belinda– resultan creíbles, a pesar de la presencia de buenos actores como Julieta Serrano y Antonio Dechent. Definitivamente no hay argumento, tan solo metáfora.
Ficha Técnica
- Dirección: Dácil Pérez de Guzmán,
- Guion: Dácil Pérez de Guzmán, Lola Guerrero,
- Intérpretes: Antonio Dechent, Julieta Serrano, Maite Sandoval, Carmen Sánchez, Eduardo Velasco,
- Fotografía: Alberto Palacios
- Montaje: Manel Frasquiel
- Música: Juan Belda
- Duración: 86 min.
- Distribuidora: Splendor
- Público adecuado: Todos
- Estreno en España: 17/5/2013
España, (2012)