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La vida de los demás

Nueva enmienda a la totalidad y verdadero cine de denuncia, en su caso, del régimen islamista iraní

La vida de los demás (2020)

La vida de los demás: El mal existe

· Crítica de La vida de los demás | Estreno 24 de junio de 2021.
· Empezando por la verdad de las propias realidades denunciadas, es honda e inevitable la influencia en la película de grandes referentes del cine iraní.

La vida de los demás fue el Oso de Oro en la Berlinale de 2020. Sin embargo, su director y guionista, Mohammad Rasoulof, no pudo recoger el premio. El motivo, un año de arresto domiciliario por ‘difundir propaganda’, como fue denominada su película.

‘El mal no existe’ es el verdadero y devastador título de esta película. Devastador e irónico, porque el filme consiste justo en lo contrario: La vida de los demás es un recorrido humano (moral, emocional, personal…) y topográfico por la injusticia y la ausencia de libertad y sus funestas consecuencias. Sí, existe el mal, aquí institucionalizado, por muchos medios y esfuerzos que todas sus instancias pongan para justificarlo y ocultarlo.

Empezando por la verdad de las propias realidades denunciadas, es honda e inevitable la influencia en la película de grandes referentes del cine iraní. Por ejemplo, El sabor de las cerezas (Abbas Kiarostami, 1997), Nader y Simin. Una separación (2011) o El viajante (2016), ambas de Asghar Farhadi; Taxi Teherán (Jafar Panahi, 2015)

Así, la planificación formal y estructural (extraordinaria de principio a fin en el primer capítulo), los audaces planteamientos y argumentaciones esgrimidos para construir y articular el discurso; el largo alcance y tino de las denuncias, el equilibrio existente entre los roles masculinos y femeninos, los elocuentes silencios, etc.

La vida de los demás está así dividida en cuatro historias, en apariencia independientes entre sí, pero unitarias en su temática de fondo: la pena de muerte. Una diáfana galería conceptual, también reconocible en la creativa.

Los dos primeros relatos transcurren sobre todo en espacios interiores, aislados del exterior: pisos, coches, cubículos, pasillos, corredores, un gigantesco edificio de hormigón, un garaje… Son pues importantes, como en el cine de Kieślowski, Wenders, Wong Kar-Wai… las luces artificiales de neones, farolas, semáforos, artilugios electrónicos, etc. Los escasos exteriores se reducen en cambio a espacios urbanos, visibles o reconocibles casi siempre desde los propios coches durante el día; lluviosos en las secuencias nocturnas.

Las otras dos narraciones discurren en exteriores naturales, divergentes entre sí (excepto en los escasos interiores hogareños): un húmedo bosque de montaña, donde preponderan el agua y la umbría y una asolada estepa de terraplenes, siempre soleada.

Los primeros capítulos son los mejores. El primero, admirable de principio a fin. No mucho menos lo es el segundo, fecundo en diálogos de enjundia y que además incluye una secuencia de ‘acción’, en crescendo dramático realzado por unas modélicas ubicación, composición y ejecución de la percusión musical. La canción italiana Bella ciao es pieza de profunda significación para la historia, que por sí misma también trasciende ésta abarcando la película, por cuanto era una pieza coreada por la resistencia italiana en la II Guerra Mundial.

La segunda mitad del filme es quizá más compleja, por la intensidad relacional de los personajes. Asimismo, la tensión y fuerza dramáticas llegan a agudizarse en los pasajes exteriores, pero decae un tanto la resolución de ambos relatos.

Los actores no actúan, por lo demás, según los códigos dramáticos imperantes. Pero, aunque diferentes, no resultan ajenas sus respectivas gestualidad, expresividad, etc.

Un detalle para terminar. Son debutantes en el cine buena parte de los actores, todos maduros (excepto la niña del primer segmento y Baran Rasoulof, hija del director), según la base internacional de datos cinematográficos.

Procedentes o no del teatro, sería muy interesante conocer las causas y sus historias, seguro que todas ellas dignas de un buen documental ficcional, tan propio del cine iraní, pero ¿llegará a ser posible…?

Ficha Técnica

  • Fotografía: Ashkan Ashkani
  • Montaje: Mohammadreza Moueini, Meysam Muini
  • Música: Amir Molookpour
  • Diseño de producción: Saeid Asadi
  • Duración: 149 min.
  • Público adecuado: +16 años
  • Distribuidora: BTeam
  • Irán, Alemania, República Checa (Sheytan vojud nadarad), 2020
  • Estreno: 24.6.2021
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Reseña
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Licenciado en Geografía e Historia (especialidad Historia del Arte) y Diplomado en Estudios Avanzados de Historia del Arte. Autor del libro “John Ford en Innisfree. La homérica historia de ‘El hombre tranquilo’ (1933-1952)”
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